jueves, 23 de septiembre de 2010

¿Cuál es la probabilidad de llegar a convertirse en un Hombre Light?

Hace unos días, fui al casino de juegos, lugar que considero de distracción y esparcimiento, pero también un lugar de consumismo absoluto, y por que lo digo; la mayoría de la gente que asiste al casino, va con un sólo afán, el de ganar pero sin medir lo que va a gastar, es cierto que no está adquiriendo un bien tangible pero si está invirtiendo, con el propósito de sentir el goce de ganar (situación que no siempre ocurre), el placer por el juego; juego que a veces se convierte en un vicio que ciega e incapacita al hombre para pensar y razonar sobre su accionar, y es cuando el ahorro del mes, el dinero destinado para el colegio, los chicos, la casa, etc., se esfuma y lo mejor es que sin razón aparente, y es así como muchos comienzan a cuestionarse ilógicamente de que forma gastaron tanto dinero, para lo cuál hay solo una respuesta, el no saber auto-restringirse más aún sabiendo que se va perdiendo.
Y es aquí donde caemos un poco en lo que dice Enrique Rojas en su Hombre Light, el cuál tiene dos pilares: el hedonismo y la permisividad. Su código es la búsqueda de placer y el refinamiento; plantea que disfrutar de la vida es psicológicamente sano; sin embargo, el frenesí de diversión sin restricciones acarrea la muerte de los ideales.
El hedonismo lleva al consumismo que se concibe como una nueva forma de libertad y que tiene su raíz en la publicidad masiva y las ofertas bombardeantes; como por ejemplo, las luces de colores y glamour, los signos pesos y las chicharras de las maquinas que se ven y escuchan en el casino; las que nos incitan a jugar. La permisividad, por otro lado, significa “atreverse a todo”, en la cuál convive una revolución sin finalidad ni programa, que conlleva el derrumbamiento axiológico y que ya pocas cosas logran sorprendernos. De aquí surge el hombre al que no le preocupan la justicia, los problemas sociales, los grandes temas del pensamiento. Este hombre es cada vez más vulnerable, y con la sola misión de buscar el placer.
Es aquí donde me pregunto ¿quién pone el freno?; por un lado la sociedad, que según nuestro autor es quien convierte e insita al hombre en un Hombre Light sin mayor trascendencia y muy consumista, y por otro lado,  estamos nosotros que nos dejamos convencer y llevar por esta vía fácil que no requiere de mayores preocupaciones…Entonces, ¿ser o no ser un Hombre Light?

miércoles, 11 de agosto de 2010

¿Qué es ser feliz?

Hace unos días en una reunión entre amigos, conversábamos de todo un poco y salio el tema de las parejas, los hijos, las relaciones, etc. y una de las presentes dijo algo como “si yo no tuviera a mi pareja o si no tuviera un hijo, no tendría por quien hacer lo que hago, en parte, mi vida no tendría sentido, no seria feliz”. Luego de ese comentario, surgieron varias opiniones en acuerdo y desacuerdo; para algunos, felicidad es dinero en la billetera, cerveza en el refrigerador, ropa nueva; para otros, la felicidad representa un suceso, una carrera brillante, o simples hechos considerados importantes (aunque en la realidad carezcan de relevancia). Y para otros tantos, ser feliz es conocer el mundo, tener un conocimiento profundo de las cosas. Más, para mí ser feliz es diferente. Ser feliz es ser persona, es tener vida, felicidad es la familia reunida, es vivir sin llegada, sin partida. Es soñar, es llorar, es sonreír. Si bien todo en la vida es relativo, relativa también es la idea que cada uno tiene de la felicidad y lo respeto, pero soy partidaria de que de uno depende la propia felicidad,  de que uno es quien determina ser feliz en cada situación y en cada momento de la vida, ya que si la felicidad dependiera de alguien o de algo mas estaríamos en serio problemas, por que estaríamos a expensas de algo ajeno a nosotros para ser felices.
Todo lo que existe en esta vida cambia continuamente, el ser humano, el cuerpo, el clima y así una lista interminable de cosas. Es por lo que, creo que uno es quien decide ser feliz y lo demás, son experiencias y/o circunstancias y personas como la familia, las parejas, los hijos, amigos que ayudan a que seamos felices y son parte de esta felicidad.
Y como decía Aristóteles, ser feliz es ser humano en el más pleno sentido de la palabra. Es por lo que ser feliz es una actitud ante la vida y cada uno decide.


lunes, 7 de junio de 2010

Todo a ultima hora...

Vivimos en un mundo que va muy deprisa, y nos apura a nosotros en el camino…estamos constantemente pensando en el mañana, en lo que tenemos que hacer y lo que no, a donde tenemos que ir, si llegamos o no a la hora, en fin en lo ultimo que uno piensa antes de acostarse a dormir y en lo primero que se acuerda al levantarse por la mañana; el análisis habitual de la rutina diaria. Pero, nos ponemos a pensar cuando fue la última vez que les dijimos a nuestros padres que los amamos, ya que gracias a ellos existimos, o a nuestros hijos que son lo mejor que nos ha pasado o haberle dado un abrazo fraterno a un amigo, el decirle te quiero; el hecho de darnos tiempo para un café junto a la familia, a los seres queridos, en vez de llegar a mirar televisión o sentarse frente al computador.

No vivimos en una burbuja, nuestros gestos, miradas, actitudes influyen de una u otra forma en quienes nos rodean, en nuestra familia, contexto social, ámbito laboral, por lo que, detengamos un instante el tiempo, y como en psicología nos preguntamos ¿Quién soy? ¿Para donde voy? ¿Que es lo que quiero?, ahora debemos de pensar ¿Qué es lo que tengo?, ¿Quienes estan a mi lado? ¿Cómo soy con ellos? O somos tan farsantes para esperar hasta ultima hora y decir lo que en realidad sentimos…cuantos amores se han perdido, cuantos amigos y a veces las mismas familias se pierden por la simple razón de no saber decir te quiero, te valoro. Vasta con un gesto de cariño, de aprecio, un saludo para saber que hay alguien a quien le importo y que hay alguien que a mí me importa.

Por esencia somos entes sociales, necesitamos del otro para crecer, aprender, relacionarnos, no perdamos lo poco que nos queda como seres humanos y que nos diferencia aun de los animales, la capacidad de sociabilizar, de entablar relaciones, de comunicar mucho a veces con muy poco. En este caso no son las vueltas las que dejan, sino nuestros actos.

martes, 18 de mayo de 2010

Es distinto con guitarra

Mucha veces predicamos que aceptamos e integramos lo diferente,la diversidad,pero ¿en que sentido o de que forma?Teniendo en cuenta que la diversidad abarca rasgos físico,psíquicos,culturales,educativos,entre otros;pero hay diferencias mas notorias,que existen en gran mayoría en nuestra sociedad y a las que no le damos mayor espacio:la discapacidad,personas que no son incapaces sino que tienen capacidades distintas a las nuestras.Seres humanos que se ven cotidianamente tocados por la problemática que implica su difícil acceso a los distintos ámbitos de la existencia,enfrentados a los obstáculos que conlleva el adecuado ejercicio de sus derechos;implicancias y proyecciones que sitúan al cuerpo social en el imperativo ético de elaborar y desarrollar un pensamiento que contribuya y no destruya;sino basta con que cada uno haga recuerdo sobre algún caso que pueda haber presenciado u oído o simplemente imaginar situaciones sobre el particular para darse cuenta de lo que hablo.

El paradigma de la integración social de las personas discapacitadas debe descansar en las concepciones del principio de normalización,según el cual es preciso tender al no establecimiento de regímenes que promuevan la creación de servicios especializados para las personas con discapacidad,sino favorecer su incorporación a todos los servicios que utiliza habitualmente el resto de la gente,efectuando las adaptaciones necesarias.

La expectativa,esta en torno a un proceso de integración social que radica en gran medida en el cambio de mentalidad,en crear y reforzar un espíritu optimista frente a lo que pueden aportar a la sociedad,desarrollando cada uno sus propias potencialidades y enfrentando los desafíos de la vida como lo hace cualquier otro actor social.Es cierto,que una persona discapacitada,tiene limitación en alguno de los instrumentos que incluye la tipología humana,pero es hábil para desarrollar cualquier actividad compatible con su condición y quizás mas,y con las adecuaciones funcionales necesarias,la persona discapacitada podrá cumplir lo que se le encomiende y ser evaluada y considerada como cualquier otro individuo.La disposición de aceptar esto exento de imágenes lastimeras,garantiza el recto camino hacia la verdadera integración social.

lunes, 3 de mayo de 2010

No se vive de casualidades

La angustia y el temor que producen tener que enfrentarse a ciertas realidades poco agradables, han hecho que los seres humanos, desde mi punto de vista, comparen la vida con un juego de azar: nada está relacionado con nada, todo es una simple casualidad, donde algunos salen ganando y otros perdiendo. Y así, apostamos cada mañana por nuestra suerte y lloramos por las noches cuando la fortuna no nos ha favorecido. Es por lo que a los propios defectos de falta de voluntad, indiferencia y cobardía, se añade la disculpa fácil de un "mundo malo y cruel", contra el que el hombre nada puede hacer. El resultado aparece claramente en que por ejemplo, si vivimos en un desorden cósmico, donde los acontecimientos siguen la única ley de la casualidad, ¿para qué preocuparse por algo? Lo que se reducen entonces a simples "cábalas" necesarias para rasguñar alguna parte de la suerte que la vida distribuye caprichosamente. Y ante los fracasos, jamás hay responsabilidad personal: la vida cruel y la casualidad son los culpables de la situación, y la conciencia humana se enquista más y más en la disculpa de la impotencia ante el destino.

Es por lo que propongo que cambiemos el concepto de casualidad por el de causalidad, mucho más certero y comprobable en la naturaleza entera. Causas y efectos que iría relacionando los hechos de modo que la existencia sería una larga cadena, donde cada eslabón tiene su sentido propio y de unión, tanto con el eslabón que le precede como con el que le sigue. No hay hechos casuales. Todo viene de algo y se dirige hacia alguna parte. La ciencia, inteligentemente, busca el "por qué" de los fenómenos que nos rodean. Hay explicaciones para el día y la noche, para las distintas estaciones del año, para la germinación de una semilla, para la gestación de la vida física... Pero cuando se topa con el misterio, cuando faltan las explicaciones, y cuando es pobre nuestra comprensión, se prefiere la muletilla de la casualidad, antes que conceder la presencia latente de una ley causal que aún debemos desentrañar.

Cada uno de nuestros actos tiene una razón. Cada gesto, cada sonrisa, cada lágrima, cada impulso de valor, cada sensación de fuerza interior, cada sentimiento de compasión y amor, vienen de semillas de una misma naturaleza. Y cada uno de nuestros actos, también genera un efecto que será igualmente de la misma naturaleza, en lógica concordia. El Amor viene del Amor y genera Amor; el odio viene del odio y genera odio.

Sin casualidades, y con causalidades, somos responsables de nuestros propios destinos. Y tras el ideal de todos, de tener un mundo mejor cada día, debemos asumir el compromiso de que como seres humanos, concientes y capaces de construirse día a día, somos responsables de nuestro propio destino, que nuestras acciones tiene consecuencias sean buenas o malas las que tarde o temprano nos repercuten y que nada pasa por que si, todo tiene una razón de ser, aunque a veces no la descubramos o averigüemos en el momento.

martes, 20 de abril de 2010

Compatibilizar o coaccionar...


Lograr la paridad entre hombres y mujeres en el mundo económico esta siendo mas difícil que en lo político.


En un gesto extremo de discriminación positiva, países europeos llegaron al acuerdo que el 40% de los puestos de los directorios o consejos de administración debían ser ocupados por mujeres. Esto fue en el año 2003, recién en el 2008 se comenzaron a ver los cambios.

Acá en Chile la realidad es otra, hay mujeres que ocupan cargos correspondientes a la dirección de empresas, pero la diferencia es que el sueldo es un 40%menos al de un hombre en el mismo puesto.

La pregunta es, ¿cómo cambiar la realidad?, teniendo en cuenta que las capacidades de las mujeres como las de los hombres son las mismas y la necesidad de surgir también.

En un modo muy particular de ver las cosas, creo esta segregación se debe no por el hecho de ser mujer sino por ser madre, ya que para las empresas en general es una limitante tener a una mujer en la jefatura, sabiendo que llegara el punto en que se deba compatibilizar la maternidad con el trabajo: la flexibilidad de horario, la disponibilidad de una guardería, si la tiene, la ausencia en la etapa prenatal y postnatal, permisos especiales y/o licencias cuando sean necesarias. Si una mujer es autosuficiente para compatibilizar el trabajo, con la crianza y el sustento de sus hijos, por que no las empresas implantan medidas de compatibilidad similares.

Debido a las escasas medidas que existen para aunar el trabajo con la maternidad, es por lo que las mujeres muchas veces se ven obligadas a escoger entre la maternidad y la carrera profesional. Seria iluso pensar que no se pueden hacer estas dos cosas a la vez; por lo que siento que es una necesidad reformar un poco las políticas de selección de personal, la asignación de cargos y por supuesto, la remuneración debiera ser la misma para las mujeres que para los hombres; para así lograr que si una mujer asciende a cargos administrativos o jefaturas, sea por sus propios impulsos y por que en realidad hay medidas de conciliación que se lo permiten.

sábado, 27 de marzo de 2010

¿Buena o mala suerte?


A pesar de ser un campesino muy pobre, tenía un
caballo extraordinario, tan fino que el señor
del castillo quería comprárselo, pero el viejo
labriego se rehusaba a vendérselo. 
 -Para mí, este caballo no es solamente un animal,
es un amigo. ¿Cómo puedo vender yo a un amigo?
Una mañana el labrador entró al establo y no
encontró a su caballo. Al enterarse, los
vecinos le dijeron: 
 - Te lo advertimos. Debiste haber vendido el
caballo, te negaste y ahora te lo robaron.
!Qué mala suerte tienes! 
El viejo hombre les respondía:

- ¿Mala, o más bien buena suerte? 
Todos se burlaban de él.

Dos semanas después, el caballo regresó
seguido de una manada de potros salvajes.

Su corcel había escapado detrás de una hermosa
yegua y retornaba ahora con la manada entera
siguiéndolos.

- ¡Qué suerte! -exclamaron los vecinos. 
El viejo hombre inició entonces con su hijo
la tarea de domar los caballos. Una semana más
tarde, el muchacho se rompió una pierna entrenando
a los potros.

- ¡Qué infortunio! ¿Quién lo va a relevar, si no
tiene cómo contratar a un reemplazo? -comentaron
los vecinos.

El anciano les contestó:

- ¿Mala, o buena suerte?

Pasaron unas semanas, cuando de repente el ejército
real llegó al pueblo y enlistó a los jóvenes en sus
filas. 
Todos fueron enrolados excepto el hijo del viejo,
quien no les interesó, porque tenía una pierna
fracturada.

- ¡Qué suerte tienes! -le dijeron los vecinos
llorando-. A nuestros hijos se los llevaron a la
guerra y probablemente morirán, mientras tu hijo
permanecerá contigo.

Conmovido, el viejo hombre replicó:

- Buena o mala suerte, ¿quién sabe? ...

La vida es más rica y generosa que
nuestra imaginación. Todo lo que nos sucede, por muy
difícil y doloroso que sea, está cargado de tesoros
y posibilidades. Es por lo que hay que abrir el corazón y la mente. Usar la fuerza
y el coraje para buscar lo mejor de cada situación. Así
haremos más llevaderas las adversidades. Se podran usar
para crecer y sobretodo contribuir a nuestra felicidad y a
la de quienes nos rodeas.