martes, 27 de octubre de 2009

Cuentos


El Muñeco de Nieve

Había dejado de nevar y los niños, ansiosos de libertad, salieron de casa y empezaron a corretear por la blanca y mullida alfombra recién formada.
La hija del herrero, tomando puñados de nieve con sus manitas hábiles, se entrego a la tarea de moldearla.
Hare un muñeco como el hermanito que hubiera deseado tener se dijo.
Le salio un niñito precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por boca. La pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su inseparable compañero durante los tristes dias de aquel invierno. Le hablaba, le mimaba...
Pero pronto los días empezaron a ser mas largos y los rayos de sol mas calidos... El muñeco se fundió sin dejar mas rastro de su existencia que un charquito con dos carbones y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo.
Un viejecito, que buscaba en el sol tibieza para su invierno, le dijo dulcemente: Seca tus lágrimas, bonita, por que acabas de recibir una gran lección: ahora ya sabes que no debe ponerse el corazón en cosas perecederas.

Fin

La Gata Encantada

Erase un príncipe muy admirado en su reino. Todas las jóvenes casaderas deseaban tenerle por esposo. Pero el no se fijaba en ninguna y pasaba su tiempo jugando con Zapaquilda, una preciosa gatita, junto a las llamas del hogar. Un día, dijo en voz alta:
Eres tan cariñosa y adorable que, si fueras mujer, me casaría contigo.
En el mismo instante apareció en la estancia el Hada de los Imposibles, que dijo:
Príncipe tus deseos se han cumplido.
El joven, deslumbrado, descubrió junto a el a Zapaquilda, convertida en una bellísima muchacha.
Al día siguiente se celebraban las bodas y todos los nobles y pobres del reino que acudieron al banquete se extasiaron ante la hermosa y dulce novia. Pero, de pronto, vieron a la joven lanzarse sobre un ratoncillo que zigzagueaba por el salón y zampárselo en cuanto lo hubo atrapado. El príncipe empezó entonces a llamar al Hada de los Imposibles para que convirtiera a su esposa en la gatita que había sido. Pero el Hada no acudió, y nadie nos ha contado si tuvo que pasarse la vida contemplando como su esposa daba cuenta de todos los ratones de palacio.

Fin.

El Papel y La Tinta

Estaba una hoja de papel sobre una mesa, junto a otras hojas iguales a ella, cuando una pluma, bañada en negrísima tinta, la mancho llenándola de palabras.
¿No podrías haberme ahorrado esta humillación? Dijo enojada la hoja de papel a la tinta. Tu negro infernal me ha arruinado para siempre.
No te he ensuciado. Repuso la tinta. Te he vestido de palabras. Desde ahora ya no eres una hoja de papel, sino un mensaje. Custodias el pensamiento del hombre. Te has convertido en algo precioso.
En efecto, ordenando el despacho, alguien vio aquellas hojas esparcidas y las junto para arrojarlas al fuego. Pero reparo en la hoja "sucia" de tinta y la devolvió a su lugar porque llevaba, bien visible, el mensaje de la palabra. Luego, arrojo las demás al fuego.

Fin.

El Nuevo Amigo

Erase un crudo día de invierno. Caía la nieve, soplaba el viento y Belinda jugaba con unos enanitos en el bosque. De pronto se escucho un largo aullido.
¿Que es eso? Pregunto la niña .
Es el lobo hambriento. No debes salir porque te devoraría le explico el enano sabio.
Al día siguiente volvió a escucharse el aullido del lobo y Belinda, apenada, pensó que todos eran injustos con la fiera. En un descuido de los enanos, salio, de la casita y dejo sobre la nieve un cesto de comida.
Al día siguiente ceso de nevar y se calmo el viento. Salio la muchacha a dar un paseo y vio acercarse a un cordero blanco, precioso.
¡Hola, hola! Dijo la niña. ¿Quieres venir conmigo?
Entonces el cordero salto sobre Belinda y el lobo, oculto se lanzo sobre el, alcanzándole una dentellada. La astuta y maligna madrastra, perdió la piel del animal con que se había disfrazado y escapo lanzando espantosos gritos de dolor y miedo.
Solo entonces el lobo se volvió al monte y Belinda sintió su corazón estremecido, de gozo, más que por haberse salvado, por haber ganado un amigo.

Fin.

La Ratita Blanca

El Hada soberana de las cumbres invito un día a todas las hadas de las nieves a una fiesta en su palacio. Todas acudieron envueltas en sus capas de armiño y guiando sus carrozas de escarcha. Pero una de ellas, Alba, al oír llorar a unos niños que vivían en una solitaria cabaña, se detuvo en el camino.
El hada entro en la pobre casa y encendió la chimenea. Los niños, calentándose junto a las llamas, le contaron que sus padres hablan ido a trabajar a la ciudad y mientras tanto, se morían de frío y miedo.
-Me quedare con vosotros hasta el regreso de vuestros padres -prometió ella.
Y así lo hizo; a la hora de marchar, nerviosa por el castigo que podía imponerle su soberana por la tardanza, olvido la varita mágica en el interior de la cabaña. El Hada de las cumbres contemplo con enojo a Alba.
Cómo? , No solo te presentas tarde, sino que además lo haces sin tu varita? ¡Mereces un buen castigo!
Las demás hadas defendían a su compañera en desgracia.
-Ya se que Alba tiene cierta disculpa. Ha faltado, sí, pero por su buen corazón, el castigo no será eterno. Solo durara cien años, durante los cuales vagara por el mundo convertida en ratita blanca.
Amiguitos, si veis por casualidad a una ratita muy linda y de blancura deslumbrante, sabed que es Alba, nuestra hadita, que todavía no ha cumplido su castigo...

Fin


La Ostra y El Cangrejo

Una ostra estaba enamorada de la Luna. Cuando su gran disco de plata aparecía en el cielo, se pasaba horas y horas con las valvas abiertas, mirándola.
Desde su puesto de observación, un cangrejo se dio cuenta de que la ostra se abría completamente en plenilunio y pensó comérsela.
A la noche siguiente, cuando la ostra se abrió de nuevo, el cangrejo le echó dentro una piedrecilla.
La ostra, al instante, intento cerrarse, pero el guijarro se lo impidió.
El astuto cangrejo salió de su escondite, abrió sus afiladas uñas, se abalanzó sobre la inocente ostra y se la comió.
Así sucede a quien abre la boca para divulgar su secreto: siempre hay un oído que lo apresa.

Fin

Caperucita y Los Aves

Aquel invierno fue más crudo que de ordinario y el hambre se hacía sentir en la comarca. Pero eran las avecillas quienes llevaban la peor parte, pues en el eterno manto de nieve que cubría la tierra no podían hallar sustento.
Caperucita Roja, apiadada de los pequeños seres atrevidos y hambrientos, ponía granos en su ventana y miguitas de pan, para que ellos pudieran alimentarse. Al fin, perdiendo el temor, iban a posarse en los hombros de su protectora y compartían el cálido refugio de su casita.
Un día los habitantes de un pueblo cercano, que también padecían escasez, cercaron la aldea de Caperucita con la intención de robar sus ganados y su trigo.
-Son más que nosotros -dijeron los hombres-. Tendríamos que solicitar el envío de tropas que nos defiendan.
-Pero es imposible atravesar las montañas nevadas; pereceríamos en el camino -respondieron algunos.
Entonces Caperucita le habló a la paloma blanca, una de sus protegidas. El avecilla, con sus ojitos fijos en la niña, parecía comprenderla. Caperucita Roja ató un mensaje en una de sus patas, le indicó una dirección desde la ventana y lanzó hacia lo alto a la paloma blanca.
Pasaron dos días. La niña, angustiada, se preguntaba si la palomita habría
sucumbido bajo el intenso frío. Pero, además, la situación de todos los vecinos de la aldea no podía ser más grave:
sus enemigos habían logrado entrar y se hallaban dedicados a robar todas las provisiones.
De pronto, un grito de esperanza resonó por todas partes: un escuadrón de cosacos envueltos en sus pellizas de pieles llegaba a la aldea, poniendo en fuga a los atacantes.
Tras ellos llegó la paloma blanca, que había entregado el mensaje. Caperucita le tendió las manos y el animalito, suavemente, se dejó caer en ellas, con sus últimas fuerzas. Luego, sintiendo en el corazón el calor de la mejilla de la niña, abandonó este mundo para siempre.

Fin

La Leona

Los cazadores, armados de lanzas y de agudos venablos, se acercaban silenciosamente.
La leona, que estaba amamantando a sus hijitos, sintió el olor y advirtió en seguida el peligro.
Pero ya era demasiado tarde: los cazadores estaban ante ella, dispuestos a herirla.
A la vista de aquellas armas, la leona, aterrada, quiso escapar. Y de repente pensó que sus hijitos quedarían entonces a merced de los cazadores. Decidida a todo por defenderlos, bajó la mirada para no ver las amenazadoras puntas de aquellos hierros y, dando un salto desesperado, se lanzó sobre ellos, poniéndolos en fuga.
Su extraordinario coraje la salvó a ella y salvó a sus pequeñuelos. Porque nada hay imposible cuando el amor guía las acciones.

Fin

La Humilde Flor

Cuando Dios creó el mundo, dio nombre y color a todas las flores.
Y sucedió que una florecita pequeña le suplicó repetidamente con voz temblorosa:
¡No me olvides! ¡No me olvides!
Como su voz era tan fina, Dios no la oía. Por fin, cuando el Creador hubo terminado su tarea, pudo escuchar aquella vocecilla y se volvió hacia la planta. Mas todos los nombres estaban ya dados. La plantita no cesaba de llorar y el Señor la consoló así:
-No tengo nombre para ti, pero te llamarás "Nomeolvides". Y por colores te daré el azul del cielo y el rojo de la sangre. Consolarás a los vivos y acompañaras a los muertos.
Así nació el "nomeolvides" o mío-sota, pequeña florecilla de color azul y rojo.

Fin

Ir a dormir para consolidar lo aprendido





Incluso la más corta de las siestas tiene efectos positivos en la memoria, asevera un grupo de sicólogos de Düsseldorf, con cuyo director conversó DW-WORLD. Entonces, ¿aprender vocabulario e irse inmediatamente a dormir?
“Incluso un sueño corto tiene efectos positivos”, ésta es la conclusión de un proyecto de investigación del Instituto para Psicología Experimental de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf. Los muchos que conocen los maravillosos efectos de una corta siesta pueden pensar, con razón, que para llegar a esa conclusión no era necesario investigar tanto. “El aspecto innovador es el efecto positivo en la memoria”, explica a DW-WORLD Olaf Lahl, director del proyecto. “Que una siesta corta tiene efectos positivos en la concentración, es de conocimiento general, pero que la memorización se fortalece con seis minutos de sueño es novedoso”, recalca.
La mayoría de los animales duermen en varias fases cortas; sólo el ser humano duerme en bloque. Los bebés en cambio ---que tienen una gran recepción y un enorme almacenamiento de información--- duermen en varias fases cortas. ¿El sueño, entonces, sirve para consolidar la información? Éste es el objetivo de la investigación.
“Ahora puede dormir si quiere”
18 universitarios, entre los 20 y los 29 años, no fumadores, participaron en la investigación. En unas pruebas que dependen del sueño, el influjo por presencia o ausencia de un fármaco como la nicotina tenía que ser excluido. También había que eliminar los problemas de insomnio que suelen tener las personas de mayor edad. Ya en el laboratorio, unos electrodos conectaron a los estudiantes a unos monitores.
Después recibieron una lista de 30 adjetivos que tuvo que ser memorizada, a lo largo de dos minutos. En tres sesiones, cada voluntario recibió una lista diferente, siempre adjetivos pues éstos son más difíciles de relacionar entre sí que los sustantivos. Sin embargo, aunque cada persona tuvo siempre una lista diferente, los adjetivos eran similares en su valor y connotación. Después de memorizarlos, en dos de las tres sesiones les dijeron “ahora puede dormir, si quiere”. En la primera durmieron todo lo que quisieron, y en la segunda los despertaron a los seis minutos. Cabe resaltar que las personas no debían saber que lo más importante, en realidad, era que se durmieran; la presión por lo general impide conciliar el sueño.
En todo caso, a los 60 minutos tuvieron que reproducir su lista de 20 adjetivos. La media de palabras reproducidas fue de 6,86 en los que se quedaron despiertos, 8,07 en los que durmieron seis minutos. Y 9,21 palabras supieron los que durmieron cuanto quisieron.
¿Aprender vocabulario e irse a dormir?
Aunque ya varios investigadores habían sugerido el impacto del sueño en el aprendizaje, estos resultados son impresionantes y significativos, dicen los investigadores de Düsseldorf. Es muy pronto, sin embargo, para sacar conclusiones. Demasiado temprano para hacer recomendaciones como “aprenda vocabulario y váyase a dormir”. “Puede hacerlo si tiene sueño, pero no para acordarse mejor de las cosas si en realidad quiere seguir trabajando”, explica Lahl. Tampoco tienen estos resultados nada que ver con esos métodos que recomiendan aprender idiomas durante el sueño; “esas investigaciones han dado resultados negativos”, asevera.
Los investigadores de la consolidación de la memoria son conscientes de que están al comienzo. Todavía hay que determinar qué es lo que provoca este efecto y qué teoría puede explicarlo. En todo caso, claro queda que es a comienzos de la fase de sueño ---independientemente de su profundidad y su duración--- cuando salta el mecanismo que consolida la memoria. En el siguiente experimento, la memoria de los voluntarios se pondrá a prueba después de sólo dos minutos de siestita


www.dw-world.de/dw/article/0,2144,3251099,00.html

¡ Salud !

¡Salud!, dicen 50 monjas, para una vejez más saludable


Tres conventos de clausura de León participan en un estudio: El lúpulo contenido en la cerveza disminuye el colesterol y los riesgos cardiovasculares, además de ser antioxidante.
Beba cerveza con moderación y podrá disfrutar de un envejecimiento más saludable. Esto vienen a decir las conclusiones de un estudio presentado el 26 de marzo, en Salamanca y que se realizó con la participación de 50 religiosas de tres conventos de clausura de León, España.
Los beneficios del “oro líquido”, o más bien del lúpulo contenido en él, se notan en una disminución de los niveles de colesterol y de los riesgos cardiovasculares. Además, ayuda de forma significativa al metabolismo oxidativo.
El trabajo de investigación “El lúpulo contenido en la cerveza, su efecto antioxidante en un grupo controlado de población”, fue realizado contando con la colaboración de un grupo 50 religiosas de los conventos de San Miguel de Dueñas, Santa María del Carrizo y Santa María de la Real, de León.
Los profesores Jesús Román Martínez y Antonio Villarino Marín, de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), y la doctora Victoria Valls Bellés, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, llevaron a cabo la investigación.
Menor riesgo cardiovascular
Antes de iniciarse el estudio, las religiosas permanecieron mes y medio sin ingerir nada de alcohol. Después, durante 45 días, se añadió a su dieta la ingesta de un total de 500 mililitros de cerveza en dos tomas diarias; posteriormente pasaron otros seis meses sin consumir alcohol para finalizar el tratamiento con la ingesta de lúpulo.
El estudio, que se inició hace cuatro años, permite comprobar que el lúpulo de la cerveza influye positivamente en algunos parámetros de riesgo cardiovascular, ya que disminuye los niveles de colesterol total y triglicéridos.
La investigación fue realizada en un grupo dietéticamente controlado, de edad avanzada, al que se administró cerveza sin alcohol, con el objetivo de analizar la relación entre el consumo de una bebida rica en compuestos antioxidantes y los parámetros sanguíneos del metabolismo oxidativo.
Se optó por introducir la cerveza sin alcohol como suplemento en la dieta de las monjas de clausura, un grupo “con una dieta homogénea y un estilo de vida ordenado”, matizó la doctora Valls.

Según los resultados, tras la ingesta de cantidades moderadas de este tipo de cerveza, se observó una modificación positiva, puesto que disminuyó el daño oxidativo y aumentó la defensa antioxidante.
Asimismo, se redujeron los niveles de colesterol total y de la lipoproteína de baja densidad (ldl) oxidada, algunos de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares y en los procesos de inflamación.

Envejecimiento saludable

Tal como aseguró la doctora coautora del estudio, “el consumo moderado de cerveza sin alcohol por parte de adultos sanos puede contribuir a la reducción de patologías asociadas con la edad y, por lo tanto, conseguir un envejecimiento más saludable”.
Por su parte, el profesor Román afirmó que “de los estudios realizados se desprende que el tipo de cerveza no influye en el poder antioxidante de las cervezas negras, rubias y sin alcohol, que poseen valores similares”.
Cabe añadir que, con posterioridad a la prueba utilizando cerveza sin alcohol, el estudio también se desarrolló con cerveza con alcohol, demostrando que los beneficios antioxidantes son los mismos en la bebida con o sin alcohol, ya que su aporte saludable reside en el lúpulo, un ingrediente fundamental en las dos, y no en el alcohol.
Tanto la doctora Valls como el profesor Román Martínez insistieron en que el beneficio de las bebidas fermentadas tradicionales “está claro” cuando se consume de forma continuada, moderada y adaptada a las características de cada persona.
En este sentido, las investigaciones apuntaron que en el caso de los varones, el consumo moderado se situaría en dos o tres cañas al día, mientras que se rebajaría a dos en el caso de las mujeres.
Fuente: www.forumlibertas.com

Mmmm....... ¡¡que rico!!




Chocolate negro todos los días

El cacao reduce la presión arterial, evita la degeneración del cerebro y no aumenta el peso, si se consume en pequeñas cantidades.
Ingerir dos pequeños cuadrados de chocolate negro a diario, el equivalente a 30 calorías, permite reducir la presión arterial sin ganar peso, según un estudio alemán divulgado en Estados Unidos y que confirma las virtudes medicinales del cacao, consumido desde hace 2.000 años.
Ya se sabía que disfrutar de 100 gramos de chocolate todos los días podía hacer bajar la presión, pero la medicina ignoraba los efectos de consumir bajas cantidades de chocolate negro, rico en cacao y débil en azúcar y materia grasa, explicó el doctor Dirk Taubert del Hospital universitario de Colonia, en Alemania, principal autor de estos trabajos.
El estudio clínico fue realizado en 44 adultos de 56 a 73 años, 24 mujeres y 20 hombres, de enero de 2005 a diciembre de 2006, que sufrían de pre-hipertensión o de una primera etapa de hipertensión.
Los participantes fueron divididos en dos grupos: el primero comió todos los días durante 18 semanas 6,3 gramos de chocolate negro que contenía 30 miligramos de polifenol y el segundo una cantidad equivalente de chocolate blanco desprovisto de esta sustancia.
Los polifenoles, denominados flavonoides en el cacao, son poderosos anti-oxidantes encontrados en numerosas plantas y frutos, como la uva, y que aparentemente también tienen un efecto dilatador sobre las arterias.
Al final del estudio, los investigadores constataron que las personas que habían consumido el chocolate negro registraron una disminución de su presión, sin cambio de peso, y del porcentaje de lípidos y glucosa en la sangre. En este grupo, la prevalencia de la hipertensión pasó del 86% al 68%, precisaron los médicos.
En cambio, en aquellos que consumieron chocolate blanco (sin cacao), no registraron cambios en su presión arterial, subrayó el estudio, divulgado por el Journal of The American Medical Association de este 4 de julio.
"Aunque la amplitud de la reducción de la tensión arterial sea modesta, es clínicamente concluyente", subrayó Taubert. En el conjunto de la población, una reducción ---aunque débil--- de la presión sistólica reduciría en un 8% y un 5%, respectivamente, el riesgo de fallecer de un ataque cerebral o cardiaco, indicó.
Varios estudios publicados en el último año han revelado los efectos anti-coagulantes o dilatadores del cacao sobre las arterias. Según un estudio de fines de 2006 de la doctora Diane Becker, de la Escuela de Medicina Johns Hopkins en Baltimore (Maryland, este), algunos cuadrados de chocolate negro consumidos cotidianamente tienen el mismo efecto que la aspirina para reducir la coagulación sanguínea y disminuir los riesgos de un bloqueo arterial responsable de las crisis cardiacas.
Otros trabajos realizados por el doctor Norman Hollenberg, de la Facultad de medicina de Harvard (Massachussets, noreste), sobre personas de buena salud de más de 50 años, mostraron una clara mejora del flujo sanguíneo en el cerebro en quienes consumieron una bebida rica en flavonoides.
Este médico estudió los efectos del cacao sobre los indígenas Kuna en Panamá, que consumen regularmente el negro manjar y no sufren hipertensión arterial ni degeneración cerebral.



Jean-Louis Santini, Washington.

martes, 20 de octubre de 2009

Poesía

El aseo


"Mi cuerpo yo cuido

con mucho interés

mi cara me lavo

y lavo mis pies.

Me baño y me ducho

¡mejor al revés!

Me ducho y me baño

me peino después.

Cepillo mis dientes

después de comer

y siempre mis manos

limpias y aseadas

procuro tener"

El gran sueño

Ayer soñé que caminaba por verdes prados limpios.

Ayer soñé que caminaba por verdes prados floridos.

Soñé, soñé..........

Que la gente se quería que no existían las guerras que no existía el egoísmo.

Soñé un mundo perfecto por un mundo de maravillas.

Soñé, soñé que soñaba......



Para cruzar la calle

No crucéis atolondrados,

Mirad bien a los lados.

Si se escapa la pelota

Párate en seco. ¡no cruces!

Te puedes caer de bruces,

Y en la selva del asfalto

Los tigres son autobuses

Y los leones autos.



El barquito de papel

Con la mitad de un periódico

Hice un barco de papel,

En la puerta de mi casa

Le hice navegar muy bien.

Mi hermana, con su abanico,

Sopla y sopla sobre él.

¡Buen viaje, buen viaje,

Barquito de papel!





Los borregos

Hay animalitos,

Como los borregos,

De donde se sacan

Abriguitos nuevos.

Ellos dan la lana,

Con que fabricamos

Telas calentitas

Con que nos tapamos.

Y los borreguitos

Balan sin cesar,

Balan sin cesar,

Cuando por el prado

Los miro pasar:

Be-eeee,

Be-eeee.



Canta pajarito

Canta, canta, pajarito

Canta, canta tu cantar,

Que el buen tiempo se acerca

Podrás salir a volar.

Cuando pases por mi casa,

Me vendrás a visitar,

Me asomaré a la ventana

Y escucharé tu cantar.



En la playa

En la arena fina

Un castillo haré.

Cuando venga el agua

Se lo entregaré,

Y me dirá:¡gracias!

Y yo:¡no hay de qué!

Dentro del castillo

Me dejará un pez.

Con la arena fina

Un castillo haré.



Sol, solito

Sol, solito,

Caliéntame un poquito.

Para hoy, para mañana,

Para toda la semana.

Llamaremos a la abuela,

Para que toque las castañuelas,

Llamaremos al pastor,

Para que toque el tambor.

Y si no lo toca bien,

Que le den

Con el rabo de la sartén.



La noche y el día

Cuando es de día,

Brilla mucho el sol

Todo lo alumbra

Y nos da calor.

Luego, poco a poco,

Se va escondiendo

Y cuando es muy tarde,

Se queda durmiendo.

Entonces la luna

Cumple su deseo,

Llama a las estrellas

Y se van de paseo.



Mi casa

Vivo en una casa

Muy alta, muy alta,

Con un tejado

Y paredes blancas.

Tiene ventanas y puertas,

Y un gran comedor

Y un cuarto precioso

Donde duermo yo.



La primavera

La primavera ha venido,

Nadie sabe cómo ha sido.

Ha despertado la rama,

El almendro ha florecido.

En el campo se escuchaba

El “gri-gri” del grillo.

La primavera ha venido

Nadie sabe cómo ha sido

.

Ángel dormido

Anochece, el mundo se ha dormido entre tus labios

Le meces y le arrullas lentamente

Acunando el murmullo de perderle,

Aunque le mimas, se escapa de tu lado.

Entre tu piel se ahogan paso a paso los gemidos,

Tu cuerpo derrotado, se siente malherido,

Mi pequeño ruiseñor, no tiene alas

Dónde cobijar mis ojos doloridos.

Sentada en un rincón veo sollozos

Que avanzan suavemente hacia mis manos

Y al tomarlas frío y muerte las recorren

Los sollozos, se vuelven más humanos.

Hoy se ha muerto en mis manos la mañana,

La flor de la luna de tus ojos se ha vuelto amarga

Y bebo dulcemente este veneno

Que se clava en mis venas como el fuego.

La luz de tu sonrisa se ha marchado

El tiempo amarra rabia y esperanza

Tiñe de versos tu gélida lápida

Ocaso, alba, sombra y penumbra sobre tu tumba.

Tu alma surca senderos de paz infinita

Tu nombre olvidado por los hombres

Suena en mi mente, como un aleluya

Y tu historia llevo en mi regazo

Para llorar por el mundo este desgarro.

Cuando llegué la hora de partir

Tómame en tus brazos, llévame de aquí,

Y la flor de luna que brota en tu cara

Será mi consuelo, curará mi alma cansada.

Y en el infinito volaremos juntos,

Y tendré tus risas y palabras tiernas

Y no habrá más lágrimas ni mas tristezas

Seremos la fuerza de la savia nueva.

Y ahora, estoy cansada debo descansar

Mis ojos ya duelen de tanto llorar

Pero anhelo el día de rozar tu rostro

y sueño bajito, pronuncio tu nombre y ya no sollozo.

Refranes quebrados

“En el país de los ciegos...martes no te cases ni te embarques.”


“ Hombre prevenido...dicha de la fea”
“El que mucho duerme...mucho corre”

“Muerto el perro...no hay enemigos”

“A caballo regalado...nunca muere”
“Barriga llena...mona se queda”
“Cuando el gato está ausente...no es traidor”
“A caballo regalado...no deja de correr”

“Es de bien nacido...al pan, pan”
“Aunque la mona se vista de seda...poco aprieta”

“A caballo regalado...los ratones se divierten”

“La dicha de la fea...no quiera lo valiente”
"Para mentir y comer pescado, hay que tener mucho cuidado".

"Al ojo del amo engorda el caballo".

"Agua que no has de beber, déjala correr".

"Del dicho al hecho hay mucho trecho".
"A quien madruga, Dios le ayuda"

"Camarón que se duerme....la exportan al Oriente"
"A palabras sordas....oídos necios".

"A quien madruga....nadie le ayuda a hacer el desayuno".

"En casa del herrero....no entran moscas".

"Tanto va el cántaro al agua....que al fin el agua se acaba".

miércoles, 14 de octubre de 2009

El León y El Asno ingenuo





Esopo habla al siglo XXI: Cuando te asocies, hazlo con socios de igual poder que tú, no con otros todopoderosos.

La ‘fábula fabulosa’ habla de la necesidad de medir bien con quién emprendemos ciertas acciones: cuando te asocies, hazlo con socios de igual poder que tú, no con otros todopoderosos.
Con El león y el asno ingenuo, Esopo también nos lleva hasta nuestros días, en que ciertas asociaciones ya han logrado inventar un nuevo derecho, derecho a matar a un inocente, y es que el derecho a la vida se va convirtiendo en un bien de consumo más, sometido a la ley de la oferta y la demanda.


EL LEÓN Y EL ASNO INGENUO
“Se juntaron el león y el asno para cazar animales salvajes.
El león utilizaba su fuerza y el asno las coces de sus patas.
Una vez que acumularon cierto número de piezas,
el león las dividió en tres partes y le dijo al asno:
---“La primera me pertenece por ser el rey;
la segunda también es mía por ser tu socio,
y sobre la tercera, mejor te vas largando
si no quieres que te vaya como a las presas”.
Mí apreciado amigo Esopo: Eres un poco cruel en la fábula que nos ofreces hoy. La maldad del león es ingente, además de descarada ¿Cruel, o realista? Ya no sé qué calificativo escoger, y tal vez sea más apropiado el segundo.
No sé si en el Olimpo, con el ajetreo de la semana pasada por la decisión del COI sobre la ciudad olímpica 2016, habrás podido echar un vistazo al resto de la situación de España. Además de la dura competición por ser sede olímpica, y las polémicas fotos de las hijas de ZP, estas dos semanas hemos tenido dos asuntos mucho más serios. El primero se lo dejo a los economistas, los presupuestos y la subida de impuestos.
El segundo es más preocupante, y nos afecta a todos. Ya han logrado inventar un nuevo derecho, derecho a matar a un inocente. Lo que los animales hacen con otros animales para vivir, ahora lo podemos hacer en España, simplemente porque ese niñito me resulta incómodo. ¿A dónde vamos a llegar, querido Esopo? Prefiero no ser catastrofista, y confiar en que el hombre puede recapacitar de sus errores, pero me temo que pintan bastos, y el derecho a la vida se va convirtiendo en un bien de consumo más, sometido a la ley de la oferta y la demanda.
¿Crueldad o realismo? Ojalá aprendamos del asno: el león mata, engaña, y si nos descuidamos, nos asesina…..


Fuente: http//:www.temas.cl

martes, 13 de octubre de 2009

Refranes



Quien mucho abarca, poco aprieta
En casa de herrero, cuchillo de palo.
A mal tiempo, buena cara.
A pan duro, diente agudo.
Cuando hay hambre, no hay pan duro
A falta de pan, buenas son tortas.
Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados.
Por la boca muere el pez.
A palabras necias, oídos sordos.
Nadie diga: de esta agua no he de beber
No se debe escupir al cielo.
Más ven cuatro ojos que dos. (o Cuatro ojos ven más que dos)
Ojos que no ven, corazón que no siente.
El ojo del amo engorda el ganado.
Quien tiene tienda, que la atienda (y si no que la venda)
Perro que ladra, no muerde.
A cada chancho (puerco) le llega su San Martín.
A quien madruga, Dios lo ayuda.
Al perro flaco no le faltan pulgas.
A buen entendedor, pocas palabras bastan.
A su tiempo maduran las brevas.

Aquí hay gato encerrado.
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Dios castiga sin palo y sin rebenque.
El que las hace, las paga.
Ser el último orejón del tarro.
A lo hecho, pecho.
No hay mal que por bien no venga.


A abad sin ciencia y sin conciencia, no le salva la inocencia.
A abril alabo si no vuelve el rabo.
A asno lerdo, arriero loco.
A balazos de plata y bombas de oro, rindió la plaza el moro.
A barba muerta, obligación cubierta.
A bestia comedora, piedras en la cebada.
A bicho que no reconozcas, no le pises la cola.
A bien obrar, bien pagar.
A boda y bautizo, no vayas sin ser llamado.
A borrica arrodillada, no le dobles la carga.
A buen amigo, buen abrigo.
A buen capellán, mejor sacristán.
A barriga llena, corazón contento.
A buen culo, buen pedo.
A buen entendedor, a señas.
A buen entendedor, pocas palabras bastan.
A buen sueño, no hay cama dura.
A buen hambre, no hay pan duro, ni falta salsa a ninguno.
A buena gana de bailar, poco son es menester.
A buena hora, mangasverdes!
A buena mujer, poco freno basta.
A buena y sin engaño, para mi quiero el provecho y para ti el daño.
A buenas ganas, huelgan las salsas.
A buenas horas mangas verdes.
A buenos ocios, malos negocios.
A buey viejo no le cates abrigo.
A buey viejo no se le saca paso.
A buey viejo, pasto tierno.
A burra nueva, cincha amarilla.
A burro negro no le busques pelo blanco.
A burro viejo, poco verde.
A caballo ajeno, espuelas propias.
A caballo comedor, cabestro corto.
A caballo grande, grandes espuelas.
A caballo que se empaca, dale estaca.
A caballo regalado no le mires el diente.
A cada cerdo le llega su San Martín.
A cada cual dé Dios el frío como ande vestido.
A cada cual lo suyo y a Dios lo de todos.
A cada día su pesar y su esperanza.
A cada necio agrada su porrada.
A cada pajarillo agrada su nidillo.
A cada parte hay tres leguas de mal camino.
A cada pez le llega su vez.
A cada puerta su dueña.

A cada rey su trono.
A cada santo le llega su día.
A cada uno Dios da el castigo que merece.
A cada uno mate su ventura, o Dios que le hizo.
A calza corta, agujeta larga.
A can que lame ceniza, no le debes confiar la harina.
A canas honradas no hay puertas cerradas.
A candil muerto, todo es prieto.
A carne de lobo, diente de perro.
A carnero castrado, no le tientes el rabo.
A cartas, cartas y a palabras, palabras.
A casa de mi novia llevé un amigo: él se quedó adentro y yo despedido
A casa de tu amigo rico irás siempre requerido, y a la del necesitado irás sin ser llamado.
A casa de tu hermano no irás cada verano.
A casa de tu hermano no vayas de ordinario, y menos si es casado.
A casa de tu tía, entrada por salida.
A casa vieja, puertas nuevas.
A cena de vino, desayuno de agua.A chica cama si queréis remedio, echaos en medio.
A chillidos de cerdo, oídos de carnicero.
A confite de monja pan de azúcar.
A consejo ruín, campana de madera.
A cordero extraño no agasajes en tu rebaño.
A cualquier dolencia, es remedio la paciencia.
A cuarto vale la vaca, y si no hay cuarto, no hay vaca.
A cuenta de los gitanos hurtan muchos castellanos.
A "creíque" y "penseque" los ahorcaron en Madrid.
A cuentas viejas, barajas nuevas.
A chica cama, échate en medio.
A Dios de rodillas; al rey de pie, y al demonio en el canapé
A Dios, lo que es digno de Dios.... y a la cama, la sobrecama.
A Dios rogando y con el mazo dando.
A dios se dejan las cosas, cuando no tienen remedio.
A Dios se le dejan las quejas, y al diablo las disparejas.
A dineros pagados, brazos cruzados
A donde acaba el novio, empieza el marido.
A ellas padre, vos a las berzas y yo a la carne.
A enemigo que huye, puente de plata.
A espaldas vueltas, memorias muertas
A falta de caballos troten los asnos.
A falta de faisán, buenos son rábanos con pan.
A falta de manos, buenos son pies.
A falta de pan, buenas son tortas.
A falta de polla, pan y cebolla.
A fiar lo asesinó el mal pagar.
A fuerza de palos, como borrico de yesero.
A fuerza de villano, hierro en mano.
A gana de comer, no hay mal pan.
A gran culpa, suave comprensión.

A gran salto, gran quebranto.
A grandes males, grandes remedios.
A grandes males, grandes enfermos.
A grandes penas, pañuelos gigantes.
A gusto dañado, lo dulce le resulta amargo.
A gusto de los cocineros comen los frailes.
A ira de Dios, no hay casa fuerte.
A jugar y perder, pagar y callar.
A la aguja, buen hilo, y a la mujer, buen marido.
A la arrogancia en el pedir, la virtud del no dar.
A la boda del herrero, cada cual con su dineo.
A la cama no te irás sin saber una cosa más.
A la fea, el caudal de su padre la hermosea.
A la fortuna, por los cuernos.
A la fuerza, ni los zapatos entran.
A la fuerza, no hay razón que la venza.
A la hora de la quema se verá el humo.
A la iglesia por devoción, y a la guerra por necesidad.
A la justicia y a la inquisición, chitón.
A la larga y a a la corta la mentira se descubre.
A la luz de la vela, no hay mujer fea.
A la mar madera, y huesos a la tierra.
A la mejor puta se le escapa un pedo.
A la mesa y a la cama, sólo se llama una vez.
A la moza y a la mula, por la boca le entra la hermosura.
A la muerte ni temerla ni buscarla, hay que esperarla.
A la mujer bailar, y al asno rebuznar, el diablo se lo ha de mostrar.
A la mujer, ni todo el dinero ni todo el querer.

A la mujer casta, Dios le basta.
A la mujer fea, el oro la hermosea.
A la mujer honrada, su propia estima basta.
A la mujer le has de dar, por delante y por detrás.
A la mujer loca, más le agrada el pandero que la toca.
A la mujer parida y a tela urdida, nunca le falta guarida.
A la mujer que fuma y bebe el diablo se la lleve. Y si a demás mea de pie, "liberanos dominé".
A la mujer y a la cabra, soga larga, soga larga.
A la mujer y a la gata, no le lleves la contraria.
A la mujer y a la guitarra, hay que templarla para usarla.
A la mujer y al caballo no hay que prestarlos.
A la mujer y al galgo, a la vejez les aguardo.
A la mujer y a la mula, por el pico les va la hermosura.
A la mujer y el aguardiente, de repente.
A la mujer y al ladrón, quitarles la ocasión.
A la mujer y al viento, pocas veces y con tiento.
A la mula vieja, alivialé la reja.


A la ocasión la pintan calva.
A la pereza sigue la pobreza.
A la puta y al barbero, nadie los quiere viejos.
A la que da con mal marido, se le va lo comido por lo servido.
A la que tenga más de trienta, no la pretendas.
A la ramera y al juglar, a la vejez les viene el mal.
A la ruín oveja la lana le pesa, y al ruín pastor el cayado y el zurrón.
A la sombra de un hilo, se la pega una mujer a su marido.
A la tercera va la vencida.
A la vejez, aladares de pez.
A la vejez, cuernos de pez.

A la vejez se apoca el dormir, y se aumenta el gruñir.
A la vejez y a la juventud, espera el ataúd.
A la vejez, viruelas.
A la virtud, menester hace espaldas.
A las diez, en la cama estés, y si puede sera antes, mejor que después.
A las romerías y a las bodas van las locas todas.
A las suegras, oírles la misa y sacarles el cuerpo.
A lo hecho, pecho.
A los enfermos, los sanos les damos saludables consejos.
A los locos se les da la razón.
A mal tiempo, buena cara.
A mal viento va esta parva.
A mala lluvia, buen paraguas.
A más años, más desengaños.

A más doctores, más dolores.
A medida del santo son las cortinas.
A mi amigo quiero por lo que de él espero.
A mi prójimo quiero pero a mí el primero.
A misa temprano nunca va el amo.
A mucho amor, mucho perdón.
A nadie le amarga un dulce, aunque tenga otro en la boca.
A nadie le huelen mal sus peos, ni le parecen sus hijos feos.
A otro perro con ese hueso.

A padre ahorrador, hijo gastador.
A pajarillo le gusta su nidillo.
A palabras necias, bofetones.
A palabras necias, oidos sordos.
A pan ajeno, navaja propia.
A pan de quince días, hambre de tres semanas.
A pan duro, diente agudo.

A partir de mañana comenzarás el primer día del resto de tu vida.
A poco pan, tomar primero.
A quien debas contestar, no procures enfadar.
A quien Dios no le dio hijos, el diablo le da sobrinos.
A quien feo ama, hermoso le parece.
A quien le dan el pie se toma la mano.
A quien le den pan que llore.
A quien le duele una muela que la eche fuera.
A quien madruga, Dios le ayuda.
A quien mucho tiene, más le viene.
A quien no teme, nada le espanta.
A quien presta su frazada, le toca aguantar la helada.

A quien se aventura, Dios le ayuda.
A quien tiene malas pulgas, no le vayas con burlas.
A raposo durmiente, no le amanece la gallina en el vientre.
A rey muerto, rey puesto.
A río revuelto, ganancia de pescadores.
A su tiempo maduran las uvas.
A todo se acostumbra uno, menos a no comer.
A un clavo ardiendo se agarra el que se está hundiendo.
A una mujer bigotuda, desde lejos se saluda.
Abogado de ricos, mal de pobres.
Abogado, juez y doctor, cuanto más lejos, mejor.
Abriga bien el pellejo si quieres llegar a viejo.
Acertar errando es suerte y no talento.


Adonde el corazón se inclina, el pie camina.
A donde las dan, allí las toman.
Afortunado en el juego, desafortunado en amores.
Afortunado en el juego, tiene con que pagar los amores.
Agarra al toro por los cuernos, al hombre por la palabra.
Agua corriente no mata a la gente.
Agua del pozo y mujer desnuda, echan al hombre a la sepultura.
Agua del cielo, no quita riego.
Agua de mayo, no cala el sayo.
Agua esperé y tarde sembré, sabe Dios lo que recogeré.
Agua fina saca la espina.
Agua fría y pan caliente, mata a la gente.
Agua pasada no mueve molino.
Agua que no has de beber déjala correr.
Agua, sol y basura y menos libros de agricultura.
Ahora adulador, mañana traidor.
Ahora al bueno le llaman tonto.

Ahora que tenemos tirmpo, cuéntame un cuento.
Al agradecido, más de lo pedido.
Al amigo reconciliado, con un ojo abierto y el otro cerrado.
Al asno a palos y a la mujer a regalos.
Al ave de paso, cañazo.
Al borrico viejo la mayor carga y el peor aparejo.
Al buen día, métele en casa.
Al buen pagador no le duelen las prendas.
Al buen segador, nunca se le olvida la hoz.
Al buen sordo, pedo gordo.
Al bueno por amor y al malo por temor.
Al calvo pelón, como al niño cagón.
Al catarro, con el jarro.
Al comer y al cagar, prisa no te has de dar.
Al desagradecido, desprecio y olvido.
Al diablo y a la mujer, nunca les falta que hacer.
Al haragán y al pobre, todo le cuesta el doble.

Al hijo malo, pan y palo.
Al hombre de más saber, una sola mujer lo echa a perder.
Al hombre osado, la fortuna le da la mano.
Al hombre pobre, la cama se lo come.
Al ingrato, con la punta del zapato.
Al invierno, no se lo come el lobo.
Al leñador caza, y al cazador leña.
Al maestro, cuchilla presto.
Al mal amor, puñaladas.
Al mal año, entra nadando.
Al mal circo le crecen los enanos.
Al mal cocinero le estorban hasta las cucharas.
Al mal pagador más vale darle que prestarle.
Al mal panadero hasta la harina le sale negra.
Al mal paso dar prisa.
Al mal pintor se le quedan calvos los pinceles.
Al mal segador la paja estorba.
Al mal tiempo, buen paraguas.
Al mal tiempo, mucha cara.
Al mal torero, hasta los cuernos le molestan.

Al malo, lo mejora el palo.
Al médico, confesor y letrado, no le traigas engaño.
Al mejor cazador se le escapa la liebre.
Al mejor nadador se lo lleva el río.
Al miserable y al pobre, la pena doble.
Al miserable y al pobre, todo les cuesta el doble.
Al niño y al mulo, en el culo.
Al país que fueres, haz lo que vieres.
Al pan, pan, y al vino, vino.
Al papel y a la mujer hasta el culo le has de ver.
Al peligro, con tiento, y al remedio con tiempo.


Al peor marrano, la mejor bellota.
Al perro flaco, todo se le vuelven pulgas.
Al perro más flaco, hasta las pulgas le abandonan.
Al pobre y al feo todo se le va en deseo.
Al que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan.
Al que Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.
Al que entre la miel anda, algo se le pega.
Al que feo ama, bonita le parece.
Al que huye del trabajo, el trabajo le persigue.
Al que le sobre el tiempo, que me lo preste.
Al que le sobre el tiempo que se ponga a trabajar.
Al que madruga, dios le ayuda.
Al que nace barrigón, aunque lo fajen de niño.
Al que no está acostumbrado a bragas, las costuras le hacen llagas.
Al que no le guste, que se rasque.

Al que no quiere caldo, tres tazas.
Al que no sabe de vacas, la boñiga lo embiste.
Al que quiera saber, mentiras a él.
Al ratón que no sabe más de un agujero, el gato le pilla presto.
Al revés te lo digo para que me entiendas.
Al santo, por la peana.
Al santo que no me agrada, ni padre nuestro ni nada.
Al son que me toca bailo.
Al son que te tañan, a ése baila.
Al triste, el puñado de trigo se le vuelve alpiste.
Al viejo y al olivar, lo que se les pueda sacar.
Al villano, dale el pie y se tomará la mano.
Alabanza propia, mentira clara.

Alabanza propia es vituperio.
Alazán tostado, antes muerto que cansado.
Albañil seas y en el cierre de un tejado te veas.
Alcalde de aldea, yo no lo sea.
Alcanza, quien no cansa.
Algo es algo, menos es nada.
Algo es algo, dijo el calvo, cuando un pelo le salió.
Algo tendrá el agua cuando la bendicen.
Alta y esbelta me haga Dios, que rubia y morena ya me haré yo.
Allá van leyes do quieren reyes.
Amanecerá y veremos, dijo un ciego, y amaneció y no vio.
Amar y no ser amado es tiempo mla empleado.
Amar y no ser amado es como limpiarse el culo sin haber cagado.
Amar es tiempo perdido si no es correspondido.
Amar sin padecer, no puede ser.
Amigo leal y franco, mirlo blanco.

Amigo que no da, y navaja que no corta, si se pierden poco importa.
Amigo reconciliado, enemigo doblado.
Amigos, oros y vinos, cuanto más viejos, más finos.
Amigo, te guardaré un higo pero como no te vi, me lo comí.
Amistad que murió, nunca renació.
Amistades conserva la pared medianera.
Amor, amor, malo el principio y el fin peor.
Amor con amor se cura.
Amor con amor se paga, y lo demás, con dinero.
Amor con hambre, no dura.
Amor de asno, coz y bocado.
Amor de lejos, amor de pendejos.
Amor de monja y pedo de fraile, todo es aire.

Amor de mujer y halago de can, no darán si no les dan.
Amor de niño, agua en cestillo.
Amor de puta y fuego de aulagas si presto se enciende, presto se apaga.
Amor de puta y vino de frasco, a la noche gustosos, y a la mañana dan asco.
Amor de putas y fuego de virutas, luce mucho y poco dura.
Amor es demencia, y su médico, la ausencia.
Amor grande vence mil dificultades.
Amor no mira linaje, ni fe, ni pleito, ni homenaje.
Amor nuevo, olvida el primero.
Amor por interés, se acaba en un dos por tres.
Amor que del alma nace, al pie de la tumba muere.
Amor sin pudor, es todo menos amor.
Amor sin sacrificio, más que a amor, tira a fornicio.


Amor que no es osado, amor poco estimado.
Amor y fortuna, no tienen defensa alguna
Amor y muerte, nada más fuerte.
Amor y vino, sin desatino.
Amorosos juramentos, se los lleva el viento.
Ande yo caliente y ríase la gente.
Ante el menesteroso, no te muestres dichosos.
Ante la desgracia y el dolor, ten un poco de gracia y humor.
Ante la duda, la más tetuda.
Antes de hacer nada, consútalo con la almohada.
Antes de meter, prometer.
Antes de que te cases, mira bien lo que haces.
Antes el trabajo era una maldición, hoy una obsesión.
Antes que acabe, no le alabes.
Antes que el deber está el beber.
Antes se coge al mentiroso que al cojo.
Antes se llena el cuajo que el ojo.
Año bisiesto, difíciles doce meses para el cesto.

Año de avispas, año de nieves y ventiscas.
Año de neblinas, año de harinas.
Año de nieves, año de bienes.
Año derecho, de la era al barbecho.
Aprendiz de todo y oficial de nada.
Aprendiz que aprende mal, nunca será buen oficial.
Árame bien, que yo te lo pagaré mucho y bien.
Aremos, dijo la mosca, y estaba en la oreja del buey.
Árbol que nace torcido, nunca su rama endereza.
Arbol que no da frutos, pide sustituto.
Arca abierta al ladrón espera.
Arca cerrada con llave, lo que encierra no se sabe.
Arco iris al mediodía, es que llueve todo el día.
Armas y dineros quieren buen dueño.
Arrieros somos, y en el camino nos encontraremos.

Así come el mulo, así caga el culo.
Así se mete, como piojo en costura.
Aún no ensillamos, y ya cabalgamos.
Aunque la mona se vista de seda. mona se queda.
Ave que vuela, a la cazuela.
Bachiller en artes, burro en todas partes.
Bachiller en medicina, confunde el vino con la orina.
Bailar sin pecar, cosa imposible será.
Bailar sin son, o es estar loco, o enorme afición.
Bailarines en cojos paran.
Barba bien bañada, medio rapada.
Barba de tres colores no la traen sino traidores.
Barbero, loco o parlero.
Barbero que no sea parlero, no lo hay en el mundo entero.
Barco en varadero, no gana dinero.
Barco sin cubierta, sepultura abierta
Barriga llena, no cree en hambre ajena.
Barriga llena, aguanta trabajo.
Bastante colabora quien no entorpece.
Bastante me ayuda quien no me estorba.
Bebe el agua a chorro y el vino a sorbos.


Bebe el vino a discreción y no a boca de cangilón.
Bebe por calabaza y no te pondrán tacha.
Beber aquí, beber allí, a la noche borrachín.
Beber con medida alarga la vida.
Beber y comer buen pasatiempo es.
Bebes vino, no bebas el seso.
Bebo lo tinto y meo lo claro.
Belleza es riqueza, o por ella empieza.
Belleza sin talento, veleta sin viento.
Belleza y riqueza juntas, casi nunca.

Bellotas y castañas hacen malas hilancias.
Bendita sea el agua, por sana y por barata.
Besóme el colmenero y a miel me supo el beso.
Besos y abrazos no hacen niños, pero tocan a vísperas.
Bestia sin cebada, nunca te dará buena cabalgada.
Bien ama quien nunca olvida.
Bien ajeno es la hermosura, y, sobre ajeno, poco dura.
Bien canta Marta después de harta.
Bien convida, quien presto bebe.
Bien está el pájaro en su nido.
Bien predica el ayunar quien acaba de almorzar.
Bien predica quien bien vive.
Bien sabe el asno en que casa rebuzna.

Bien sabe la rosa en qué mano posa.
Bien se sabe atrever quien nada tiene que aprender.
Bien vestido, bien recibido.
Bienes que ocasionan males, no son tales.
Bloque de pisos grandes, guerra de vecindaje.
Boca de fraile, sólo al pedir la abre.
Boca de verdades, temida en todas partes.
Boca que bosteza, estómago que hambrea.
Bodega de buen olor, no ha menester pregón.
Bondad con hermosura, poco dura.
Borrón y cuenta nueva, la cuenta pasada aprueba.
Bota vacía, la sed no quita.
Boticario sin botica, nada significa.

Botija nueva hace el agua fresca.
Breve habla el que es prudente.
Bromas pesadas nunca sean dadas.
Bromas pesadas sólo al que las da le agradan.
Bromas y aceitunas, pocas o ninguna.
Buen amigo y compañero es el que no nos pide dinero.
Buen cazador, mal labrador.
Buen corazón vence mala andanza.
Buen palmito y buena altura, suerte son de estatura.
Buen pie y buena oreja, señal de buena bestia.
Buen porte y buenos modales, abren puertas principales.
Buena cara y malos hechos, a cada paso los vemos.
Buena es la nieve que en su tiempo viene.
Buenas acciones valen más que buenas razones
Buenos amigos y buenos abriles, uno entre miles.
Buenas palabras y buenos modos dan gusto a todos.
Buenas y malas artes hay en todas partes.
Bueno es el mal que fue ocasión del bien.


Bueno es tener amigos, aunque sea en el infierno.
Bueno y breve, bueno dos veces.
Buenos son barbos cuando no hay truchas a mano.
Buenos y tontos se confunden al pronto.
Buey amarillento, poco andar y mucho pienso.
Buey hermoso, no es para trabajo.
Buey muerto, vaca es.
Buey viejo, surco derecho.
Buitres y milanos, primos hermanos.
Burla con daño, no cumple el año.
Burlas suaves traen burlas graves.
Burlas verdaderas, peores son que agrias veras.
Burro amarrado, leña segura.

Burro apeado no salta vallado.
Burro grande, ande o no ande.
Burro pelado a trasquilones, a los diez días no se le conoce.
Burro pequeñín, siempre nuevecín.
Burros o coces, arrieros a palos y a voces.
Caballero en buen caballo; en ruin, ni bueno ni malo.
Caballito de cartón, ni andante, ni galopante, ni trotón.
Caballo de regalo, tenlo por bueno aunque sea malo.
Caballo ajeno, ni come ni se cansa.
Caballo alquilado, nunca cansado.

Caballo bonito, corto y gordito.
Caballo corredor, no ha menester espuela.
Caballo corredor, pronto se cansa.
Caballo de muchos amos, siempre muere de gusanos.
Caballo hermoso, de potro sarnoso.
Caballo mosquiao, primero muerto que cansao.
Caballo que alcanza, pasar querría.
Caballo que con tres años ve a una yegua y no relincha, o no le gusta la yegua o tiene prieta la cincha.
Caballo que ha de ir a la guerra, ni le come el lobo, ni le aborta la yegua.
Caballo que no sale del establo, siempre relincha.
Caballo que vuela, no necesita espuela.
Cabello luengo y corto seso.
Cabellos y cantar, no es buen ajuar.
Cabeza calva, peinada antes del alba.
Cabeza grande, poco seso y mucho aire.

Cabeza loca no quiere toca.
Cabezas grandes, talento chico.
Cabra coja no quiere siesta, y si la tiene caro le cuesta.
Cacarear y no poner huevos no es nada bueno.
Cada abeja vive en su colmena y no se mete en la ajena.
Cada altar tiene su cruz.
Cada bota huele al vino que tiene.
Cada campana suena según el metal del que está hecha.
Cada cual echa sus cuentas, y unas veces falta y otras acierta.
Cada cual en su casa y Dios en la de todos.
Cada cual huele al vino que tiene.
Cada cual hable de aquello que sabe, y de lo demás que calle.
Cada cual es dueño de su miedo.

Cada cuba huele al vino que lleva.
Cada día es maestro del anterior y discípulo del siguiente.
Cada día gallina, amarga la cocina.
Cada día que amanece el número de tontos crece.
Cada día un grano pon, y harás un montón.
Cada deuda, por pequeña que sea, es el anillo de un grillete.
Cada gorrión tiene su corazón.
Cada hijo de vecino tiene sus hechos por padrino.
Cada hombre cuerdo lleva un loco dentro.
Cada hombre lleva un loco dentro, y cada mujer un ciento.
Cada loco con su tema.
Cada maestrillo tiene su librillo.
Cada mochuelo, a su olivo.


Cada moneda tiene dos caras.
Cada ollero alaba su puchero.
Cada oveja con su pareja.
Cada persona es dueña de su silencio y esclavo de su palabra.
Cada quien, con su cada cual.
Cada quien puede hacer de su culo un candelero.
Cada uno como pueda se explique, y se rasque donde le pique.
Cada uno cuenta de la feria como le va el ella.
Cada uno decía del amor que tenía.
Cada uno en su negocio sabe más que el otro.
Cada uno halla horma de su zapato.

Cada uno lleva la lengua al lado donde le duele la muela.
Cada uno puede hacer de su capa un sayo.
Cada uno sabe donde le aprieta el zapato.
Cada uno tiene su modo de matar pulgas.
Cada uno va a su avío, y yo, al mío.
Cae más pronto un mentiroso que un cojo.
Caer para levantarse, no es caer.
Caerle como pedrada en ojo tuerto.
Caga el cura, caga el Papa, y de cagar, nadie se escapa.
Caja abierta y culo a besar, a nadie se le puede negar.
Caldo de gallina, a los muertos resucita.


Caldo de gallina y precaución no hicieron jamás daño a hombre ni varón.
Calores, dolores y amores, matan a los hombres.
Calumnia, que algo queda.
Calva buena, luna llena.
Calla, haz, y con la tuya te saldrás.
Callar y callemos, que los dos porque callar tenemos.
Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.
Cambiar de opinión es de sabios.
Camina como viejo y llegarás como joven.
Camino amplio y llano, camino no inaugurado.
Camino comenzado, medio andado.
Canas y dientes, son accidentes; arrastrar los pies, eso sí es vejez.
Canta zurrón, canta, si no, darte he una puñada
Cantando y cantando, las penas se van aliviando.
Cantó al alba la perdiz, más le valiera morir.
Cara a cara vergüenza se cata.
Cara de beato y uñas de gato.
Cara sin dientes, hace a los muertos vivientes.
Caracoles de abril para mi, los de mayo para mi herma
no y los de junio para ninguno.
Carajadas de San Lucas, pendejadas de San Juan.
Caranga resucitada pica muy duro.
Caras vemos, corazones no sabemos.
Carga la nao trasera si quieres que ande a la vela.
Cargos son cargas; las menos, dulces, las más amargas.
Caridad y amor, no tocan tambor.
Carne a carne, amor se hace.
Caro me lo dan y caro lo vendo.
Carretera que bien empieza, con baches acaba.
Cartera y reloj, el sueño del ladrón.
Casa con dos puertas, mala es de guardar.
Casa en la que vivas, viña de la que bebas y tierras cuantas veas y puedas.
Casa en plaza, los quicios tienen de plata.
Casa hecha y mujer por hacer.
Casa hecha, sepultura abierta.
Casa mal avenida, presto es vendida.
Casa sin moradores, nido de ratones.
Casa sin mujer y barco sin timón, lo mismo son.
Casa sin mujer, de casa no tiene nada.
Casa vieja todo es goteras.
Casamiento y mortaja del cielo bajan.

Castigo de uno, escarmiento de muchos.
Castillos muy altos vienen de repente al suelo.
Cayendo el muerto y soltando el llanto.
Cazador absoluto, buenas piernas y pocos cartuchos.
Cazador que tira y no persigue, poco o nada persigue.
Cerca está de saber vencer quien bien sabe pelear.
Cerdo que no madruga, no come caca caliente.
Cielo aborregado, suelo mojado.
Cielo de lanas, si no llueve hoy, lloverá mañana.
Cielo empedrado, viento o suelo mojado.
Cien ratones a un gato, le dan un mal rato

Cien refranes, cien verdades.
Coces de garañón, para la yegua cariños son-
Coces de yegua, amor es para el rocín.
Cochino que tuerce la cola, no pone huevos.
Codicia mala, el saco rompe.
Cojo con miedo, corre ligero.
Colarse de rondón, es menospreciar a ala reunión
Comamos lo tuyo, bueno y santo, que de lo mío no tengo hambre.
Comamos y amemos, y no nos engañemos.
Comamos y bebamos que mañana moriremos,
Comamos y triunfemos, que de esto ganaremos.
Come a gusto y placentero, y que ayune tu heredero.

Come con él, y guárdate de él.
Come el gato lo que no se halla a buen recaudo.
Come niño, y crecerás; bebe, viejo, y vivirás.
Come poco y cena más, duerme en alto y vivirás.
Come poco y cena temprano, si quieres llegar a anciano.
Come, que de lo yuyo comes.
Comer a dos carrillos, como monja boba.

Comer con fuerza y mascar con ganas, que lo que no se hiciere hoy, ahí estará mañana.
Comer sin apetito, hace daño y es delito.
Cómicos y abogados, lo mismo nacen de moros que de cristianos.
Comida fría y bebida caliente, no hacen buen vientre.
Comida hecha, compañía deshecha.
Comida que escasea, bien se saborea.
Como el asno, tocaste la flauta por casualidad.
Como el maestro "ciruela" que no sabe leer y pone escuela.
Como el perro del hortelano, ni come ni deja comer.
Como éramos pocos, parió la abuela.
Como canta el abad, responde el sacristán.

Como estará el infierno para que el diablo dé limosna.
Como haces tu cama, así la encuentras.
Como la moza del abad, que no cuece y tiene pan.
Como la noche al día, el pesar a la alegría.
Como la recién casada: con ganas de todo y ganas de nada.
Como que se murió si me debía.
Como quien no quiere la cosa, y la cosa queriendo.
Compañía de dos, mi perro y yo.
Compañía, ni con la cobija.
Compañía no engañosa, yo y mi sombra.
Compra caro y vende barato, y harás un buen trato.
Compra con tu dinero, y no con el ajeno.
Compra de quien heredó, no compres de quien compró.
Compra de quien heredó, y nunca al que lo sudó.


Compra lo que no te hace falta, y no tendrás lo que te haga falta.
Cómprale al productor y comprarás barato y mejor.
Comprar al pobre, vender al rico.
Comprar y luego pagar, provecho y honra ganarás.
Comprar y vender, buen camino para enriquecer.
Compuesta, no hay mujer fea.
Con agua pasada, no muele el molino.
Con aire solano, no hay toro bravo.
Con amigos de esa clase, ¿para qué quiero enemigos?
Con ayuda del vecino, mató mi padre un cochino.
Con bondad se adquiere autoridad.
Con buena gente, trataré yo; con gentuza, no.
Con cuatro que obedezcan, uno que mande.

Con el buen sol, saca los cuernos el caracol.
Con el callar, vencerás.
Con el ingrato, no tengas trato.
Con el médico olvidón, enfermos a montón.
Con el tiempo y la paciencia se adquiere la conciencia.
Confianza en Dios, y poquita, decía una viejita.
Con la cruz en el pecho, pero el diablo en los hechos.
Con la mujer y el dinero, no te burles, compañero.
Con la tripa vacía, no hay alegría.
Con la vara que midas, serás medido.
Con ladrones y gatos, pocos tratos.

Con las glorias se olvidan las memorias.
Con los años viene el seso.
Con los años viene el seso, y se va el sexo.
Con los descuidados, medran los abogados.
Con pañuelo de seda vas a la arada: señal de tener mucho o no tener nada.
Con paciencia y con maña, un elefante se comió una araña.
Con pan y vino, se anda el camino.
Con queso, pan y vino, se anda mejor el camino.

Con quien te vi, te comparé.
Con salud y dinero, hago cuanto quiero.
Con tal de que se vaya, aunque le vaya bien.
Con un carro y un borrico, el hombre se hace rico.
Con un fraile no puede nadie; con dos, ni Dios: con una comunidad, ni la Santísima Trinidad.
Con una madrastra, al hombre le basta.
Con una rueda, no anda una carreta.
Conciencia ancha, la bolsa ensancha.
Confesión espontánea, indulgencia plena.
Confesión obligada, no vale nada.
Confianza sin tasa empobrecerá tu casa.

Conforme ven el traje, tratan al paje.
Consejo es de sabios perdonar injurias y olvidar agravios.
Consejo no pedido, consejo mal oído.
Consejos vendo, y para mí no tengo.
Contigo me entierren, que me entiendes.
Contigo, pan y cebolla.
Contra el amor es remedio poner mucha tierra en medio.
Contra el feo vicio de pedir, existe la noble virtud de no dar.
Contra la fortuna, no hay arte alguna.

Contra lo malo aprendido, el remedio es el olvido.
Corazón codicioso, no tiene reposo.
Cortesía de palabra, o conquista o empalaga.
Cortesía de sombrero, hace amistades y no cuesta dinero.
Cortesía y buen hablar, cien puertas nos abrirán.
Coser y cantar, todo es empezar.
Costumbre hace la ley.
Costumbre mala, desterrarla.
Costurera sin dedal, hace poco y lo hace mal.


Cree el fraile que todos son de su aire.
Cree en Dios, pero amarra los camellos
Cree el ladrón que todos son de su condición.
Cría buena fama y échate a dormir.
Cría cuervos y te sacarán los ojos.
Cría cuervos y tendrás más.
Criada chafardera, nunca termina su tarea.
Criada trabajadora, hace perezosa a su señora.
Criados, enemigos pagados.

Criticar es más fácil que imitar.
Cruz y raya, para que me vaya.
Cual andamos, tal medramos.
Cual el año, tal el jarro.
Cual el derrotero, tal el paradero.
Cual el tiempo, tal el tiento.
Cual es el rey, tal es la ley.
Cual seso tuve, tal cabeza traigo.
Cuando agua venga antes que viento, prepara el aparejo a tiempo.
Cuando aquí nieva, que hará en la sierra.

Cuando dos pleitean, un tercero se aprovecha.
Cuando dos se quieren bien, con uno que coma basta.
Cuando dude, no saludes.
Cuando el abad está contento, lo está todo el convento.
Cuando el abad lame el cuchillo, malo para el monaguillo.
Cuando el camino es corto, hasta los burros llegan.
Cuando el cura se va a peces, donde se irán los feligreses.
Cuando el diablo no tiene nada que hacer, mata moscas con el rabo.
Cuando el dinero habla, todos callan.
Cuando el gato está ausente, los ratones se divierten.
Cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo.

Cuando el pastor pierde la oveja, paga con la pelleja.
Cuando el río suena, agua lleva.
Cuando el sol se pone rojo, es que tiene lluvia en el ojo.
Cuando el tabernero vende la bota, o sabe a pez o está rota.
Cuando el tonto va, ya de vuelta el listo está.
Cuando el vil se enriquece, no conoce hermano ni pariente.
Cuando el villano es rico, no tiene pariente ni amigo.
Cuando hago la escobada, nadie entra en mi morada.
Cuando la fuerza manda, la ley calla.
Cuando la mula ríe, el asno llora.
Cuando la rana críe pelo, serán los cojos buenos.


Cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar.
Cuando los ciegos guían, !Hay de los que van detrás!
Cuando los santos hablan, licencia de Dios tienen.
Cuando críe a los cuarenta, deja de hacer las cuentas.

Cuando menguare la luna, no siembres cosa alguna.
Cuando menos se piensa, salta la liebre.
Cuando no hay calor en el nido, lo busca afuera el marido.
Cuando no hay lomo, tocino como.
Cuando no seas preguntado, estáte callado.
Cuando no sepas que hacer, un refrán te lo puede resolver.
Cuando no se puede segar, se espiga.
Cuando pase la ocasión, ásela por el mechón.

Cuando pases por la tierra de los tuertos, cierra un ojo.
Cuando promete un hombre honrado, queda obligado.
Cuando quiera ausentarse tu enemigo, quítale estorbos del camino.
Cuando salta la liebre, no hay galgo cojo.
Cuando se pelean las comadres, salen a relucir las verdades.
Cuando se pierde el honor, va todo de mal en peor.
Cuando se vuelven las tornas, medio mundo se trastorna.
Cuando suena la almirez, las doce están al caer.
Cuando te convida el tabernero, te convida con tu dinero.

Cuando te sientes a comer, los codos en la mesa no has de poner.
Cuando te sople bien el viento, aprovéchalo.
Cuando te vendan compra, y cuando te compren vende.
Cuando tú vas, yo vuelvo.
Cuando un ruin se va, dos vienen en su lugar.
Cuando un tonto coge una verea, ni la verea deja al tonto ni el tonto deja la verea.
Cuando un tonto se agarra a una reja, o la arranca o no la deja.
Cuando una mujer te pida que te tires por un tajo, pídele a Dios que sea bajo
Cuando uno no quiere, dos no barajan.
Cuando veas un zapato roto, no andará muy lejos el otro.
Cuando vivía, !que ya se muera!; cuando murió,!qué bueno era!
Cuanto mayor es la fortuna, tanto es menos segura.

Cuanto más alto se sube, más grande es la caída.
Cuanto más escarba la gallina, más tierra se echa encima.
Cuanto más grande la cabeza, más grande la jaqueca.
Cuanto más haces, menos mereces.
Cuanto más se tiene, más se quiere.
Cuanto más vieja, más pelleja.
Cuanto mayor es la fortuna, es menos segura.
Cuarentón y solterón, !qué suerte tienes, ladrón!

Cuenta el milagro, pero no digas el santo.
Cuenta errada, sea enmendada.
Cuentas claras, las amistades alargan.
Cuernos que no ves, corazón que no siente.
Cuerpo en la cama, sino duerme, descansa.

Cuervo con cuervo, no se quitan los ojos.
Cuesta arriba o cuesta abajo, echa siempre por el atajo.
Cuidado, que antes de ser cura fui monaguillo.
Culo de mal asiento, no acaba cosa ninguna y emprende ciento.
Culpa no tiene quien hace lo que debe.


Cuñada y suegra, ni de barro buenas.
Cura flaco y marido barrigón, ninguno cumple su función.
Chanzas y danzas, no llenan panza, tajada buena si la llena.
Charlar y no hacer, cacarear la gallina y no poner.
Chatunguilla, desenvuelta y graciosilla.
Chico exceso es dar a una moza un beso, si queda en eso.
Chico hoyo hace el que se muere apenas nace.
Chico pueblo, grande infierno.
Chiquito, hasta el asno es bonito.
Chispa pequeña enciende un monte de leña.

Da a los ricos lo suyo, a los pobres lo tuyo.
Dábale el judío pan al pato, y tentábale el culo de rato en rato
Da buena cava a tu viña, y tendrás buena vendimia.
Dádivas quebrantan peñas.
Da el sartenazo al que tiene la sartén por el mango.
Da lo tuyo antes de morir, y disponte a sufrir.
Da una sola campanada, pero que sea sonada.
Da vino por vino y pan por pan, y todos te entenderán.

Da y ten, y harás bien.
Daca y toma; que en materia de intereses no se admiten bromas.
Dad al diablo la puerta que con cualquier llave está abierta.
Dádiva de lo mal ganado, no la recibe dios con agrado.
Dádiva de ruin a su dueño parece.
Dais por Dios al que tiene más que vos
Dale al diablo lo que es suyo: lujuria, envidia y orgullo.
Dale lo suyo al tiempo, pero sin perder el tiempo.
Dale más de lo que pueda regresar, y al amigo perderás.

Dale que le das; que importunando mucho, algo sacarás.
Dame dinero y no consejos.
Dame Dios marido rico, aunque sea un borrico.
Dame pan y dime tonto.
Dame que elegir y me darás que sufrir.
Dame consejos sanos y dinero para ejecutarlos.
Dame trébol de cuatro hojas y te daré moza en que escojas.
Dámela morena y graciosa, y no blanca y sosa.
Dámelo perezoso, y te lo daré vicioso.
Dan pañuelos a quién no tienen narices.
Dando al diablo el hato y el garabato.
Dando gracias por agravios, negocian los hombres sabios.
Dando tiempo al tiempo el mozo llega a viejo.
Dando y tomando, no cabe engaño.

Dañada una pera, dañadas sus compañeras.
Daño es ser engañado una vez, dos,necedad es.
Daño merecido, no agravia.
Daños, engaños ydesengaños, frutos son de los años.
Dar a luz rejuvenece, criar es lo que envejece.
Dar cuenta clara con paga, es de persona honrada.
Dar el consejo y el remedio, favor completo.
Dar gato por liebre, no sólo en las ventas suele verse.
Dar para recibir, no es dar sino pedir.
Dar santo y bueno, pero del pan del ajeno.
Dar una en el clavo y ciento en la herradura.
Dar y tejer es buen saber.
Daría yo un ojo, porque a mi enemigo sacasen uno.

Darle castañas al castañero, tiene salero.
Date a deseo y olerás a poleo.
Date buena vida, temerás más la caída
Date prisa, pero no corras.
De abundancia del corazón, habla la lengua.
De airado a loco, va muy poco.
De alabar el diablo el fruto, vino Eva a probarlo.
De alcalde a verdugo, ved como subo.
De ambos ha sido el acertar; tú al pedir, yo al no dar.
De amigo a amigo, la sangre en el ojo, el culo en remojo.
De aquellos polvos, vienen estos lodos.

De aquí a cien años, todos calvos.
De arriero a arriero no pasa dinero.
De baños y de cenas están las sepulturas llenas.
De broma en broma, la verdad se asoma.
De buen chaparrón, buen remojón.
De buena casa, buena brasa.
De buena vid planta la viña, y de buena madre, la hija.
De buenas intenciones, está empedrado el infierno.
De caballo de regalo a rocín de molinero.
De carbonero mudarás, pero de ladrón no sañdrás.
De casa en que amanece tarde, Dios nos guarde.

De casa ruín nunca buen aguinaldo.
De casta le viene al galgo, tener el rabo largo.
De Castilla el trigo, pero no el amigo.
De cerro a cerro una cañada, y de cero a cero no va nada.
De cien en cien años, vuelve el río por sus andamios.
De comerciar a robar, poco va.
De cornada de burro, no vi morir a ninguno.
De cornudo o de asombrado, pocos han escapado.
De cuando en cuando, al desgaire, echa una canilla al aire.
De cuarenta años para arriba, no te mojes la barriga.
De cuero ajeno, correas largas.
De descansar, nadie murió jamás.
De desgraciados está el mundo lleno.
De día beata, de noche gata.
De día no veo y de noche me espulgo.
De diestro a diestro, el más presto.
De dinero y de bondad, quita siempre la mitad.
De Dios a abajo, cada cual vive de su trabajo.

De Dios hablar, y del mundo obrar.
De Dios viene el bien, y de las abejas la miel.
De donde no hay, no se puede sacar.
De donde vino el asno, vendrá la albarda.
De dos bienes, el mayor; de dos males, el menor.
De dos que pleitan, otros se aprovechan.
De enero a enero, el dinero es del banquero.
De esta capa nadie se escapa.
De esta vida sacarás, lo que disfrutes nada más.
De esto que no cuesta, llenemos la cesta
De floja tierra, nunca abundante cosecha.
De fuera venga quien la tea nos tenga.
De golpe y porrazo, se enriquece el ladronazo.
De grano en grano, llena la gallina el buche.
De higos a brevas, larga las lleva.
De hombres bien nacidos es ser agradecidos.
De juergas, pendencias y amores, todos somos autores.
De juez de poca conciencia, no esperes justa sentencia.
De la boca del ladrón, todos lo son.
De la calle vendrá, quien de tu casa te echará.
De la corriente mansa me libre Dios, que de las aguas bravas me libro yo.
De la cuchara a la boca, se cae la sopa.
De la madre la gran ciencia, es tener mucha paciencia.

De la mala mujer no te guíes, y de la mala no te fíes.
De la mentira viven muchos, de la verdad, casi ninguno.
De la mujer, del tiempo y la mar, poco hay que fiar.
De la mujer el primer consejo, que el segundo no lo quiero.
De la mujer, la limpieza se conoce en la cabeza y en los pies.
De la mujer y el dinero, no te burles caballero.
De la noche a la mañana pierde la ovejas su lana.
De las ciencias y las artes, sólo es enemigo el ignorante.
De las palabras, no el sonido sino el sentido.
De la panza sale la danza.
De lo ajeno, gastar sin miedo; de lo propio, poquito a poco.
De lo bonito a lo bueno, hay trecho.
De lo bueno, el mundo debería estar lleno.
De lo perdido, lo que aparezca.
De lo propio, se da un puñado; de lo ajeno, llena el saco.
De lo que come el grillo, poquillo.
De lo que más te salga al paso, no hagas caso.
De lo que no cuesta, llena la cesta.
De lo que no veas, ni la mitad te creas.
De lo que pensé para mí, a nadie cuenta dí.
De lo que por sutil se quiebra, no hagas hebra.

De lo que se come se cría. Y criadillas comía.
De lo que supiste ganar, sábete bien tratar.
De lo que te han dado, da algo al necesitado.
De los amigos me guarde Dios, que de los enemigos me guardo yo.
De los cuarenta para arriba, no te mojes la barriga.
De los escarmentados surjen los avisados.
De los hombres se hacen los obispos.
De mala ropa no sale un buen traje.
De malas tripas, malas morcillas.
De médico, poeta y loco, todos tenemos un poco.
De marzo a la mitad, la golondrina viene y el tordo se va.
De mercader a ladrón, un escalón.

De molinero cambiarás, pero de báscula no pasarás.
De molinero mudarás, pero de robado no escaparás.
De nadie esperes lo que por ti mismo hacer pudieres.
De necios es huir de consejos.
De ninguno has de decir lo que de ti no quisieras oir.
De noche todos los gatos son pardos.
De once veces que hagas bien, te arrepentirás diez.
De oportunidades perdidas se encuentra llena la vida.
De ovejas blancas, nacen corderos negros.
De padre carpintero, hijo zoquete.
De padres cantores, hijos jilgueros.

De persona palabrera, nunca te creas.
De pico, todos somos ricos.
De poder a poder, me acuesto con mi mujer.
De poniente, ni viento ni gente.
De pregonero a verdugo, mirad como subo.
De prometer a dar, hay unas lenguas de mal andar.
¿De que te ríes, tonto? De ver reír a otro tonto.
De queso, un pedazo, y que te dure todo el año.
De quien a la cara no mira, todo hombre discreto desconfía.
De quien habla a tiento, disparates sin cuento.
De quien se ausentó, hacemos cuenta de que se murió.

De refranes y cantes, tiene el pueblo mil millares.
De riqueza y santidad, la mitad de la mitad.
De ruin madera, no harás buena mesa.
De sabio hace gala quien no se admira de nada.
De sabios es el poco afirmar y el mucho dudar.
De saltamontes a chicharra poco marra.
De sólo aire no vive nadie.
De suerte contentos, uno de cientos.
De tal árbol tal madera.
De tal árbol tal astilla.
De tal palo, tal astilla

De tales devociones, tales costurones.
De tarde madrugar y tarde casar, arrepentirte has.
De tierra de alacranes, pocos panes.
De tus herederos, sé tu el primero.
De tus hijos sólo esperes lo que con tu padre hicieres.
De un árbol, una rama y mejor desgajada.
De un juez prevaricador nos libre el Señor.
De un mal nacen siete, cuando no veinte.
De un peligro, con otro me libro.
De una gota de un tintero !Cuánto malo y cuánto bueno!
De una mentira, ciento se derivan.
De usar y abusar, hay el canto de un real.
De valientes y tragones, están llenos los panteones.

De verde claro a amarillo, va poquillo.
De vino aguado o agua envinada, no me des nada.
Debajo de la mata florida, está la culebra escondida.
Decir, dice cualquiera; hacer sólo el que lo sepa, quiera y pueda.
Decir es de charlatanes; hacer es de hombres formales.
Decir refranes, es decir verdades.
Decir suele ser señal de no hacer, como ladrar lo es de no morder.
Deja al que está muriendo, y acude a la que está pariendo.
Deja la cama al ser de día, y vivirás con alegría.
Dejar lo cierto por dudoso, es peligroso.
Déjate de tanto refrán, y empieza a buscar el pan.


Déjate la vergüenza atrás, y medrarás.
Del agenciosos se hace el caudaloso.
Del agua mansa se asombra el perro.
Del agua vertida, la que pueda ser recogida.
Del aire se mantienen los camaleones, pero no los hombres.
Del árbol caído, todos hacen leña.
Del árbol caído, todos hacen su asiento.
Del bien al mal, no hay ni el canto de un real.
Del buen vecino sale el buen amigo.
Del cuerdo al loco, media muy poco.

Del cuerdo espero poco, y mucho del loco.
Del dicho al hecho hay un buen trecho.
Del favor nace el ingrato.
Del jefe y del perro viejo, mejor cuanto más lejos.
Del joven voy, del viejo vengo.
Del mismo santo, siempre oirás los mismos milagros.
Del necio, a veces, buen consejo.
Del ocio nace el feo negocio.
Del que jura, teme la impostura.
Del que más ayudas, recibirás las puyas.
Del reir viene el gemir.

Del todo no muere el que deja por donde se le recuerde.
Del viejo, el consejo; de la vieja, la conseja.
Delante hago acato y por detrás al rey mato.
Dentro de cien años, todos calvos.
Descuelga al ahorcado y por él serás colgado.
Desde chica, la ortiga pica.
Desde lejos te escribo, y desde cerca no te visito.
Desde pequeñito le amarga el culo al pepino.
Desde que se inventaron las excusas, se acabaron los pretextos.


Desde torre o azotea, bien se otea.
Desdicha es hacer comida para dos y comer tres.
Deseando bienes y aguantando males, pasan la vida los mortales.
Desnuditos nacemos y después todo apetecemos.
Desnudo nací, desnudo me muero, ni gano ni pierdo.
Desnudos nacimos, y todo nos parece poco para vestirnos.
Despacio al pensar y pronto al ejecutar.
Despacio y buena letra, dice el maestro en la escuela.
Después de comer, duerme la siesta; y pasea después de la cena.
Después de la liebre ida, palos a la cama.
Después de la risa viene el llanto.
Después de la tempestad, viene la calma.
Después de lo hecho, todos dan consejo.

Después de perdido el barco, todos son pilotos.
Después de verme robado, compré un candado.
Después del burro muerto, la cebada al rabo.
Después que tu pan comí, te encontré en la calle y no te conocí.
Desvélate por saber y trabaja por tener.
Desventuras y penas, a nadie le importan las ajenas.
Detrás del mostrador no conozco al amigo, sino al comprador.
Deuda pagada, otra empezada.
Deuda real, se cobra tarde y mal.

Deudas tengamos, pero amigos seamos.
Dí lo que quieres, que yo no estoy en casa.
Día nublado engaña al amo y al criado.
Diablo te hiciste, porque padre no tuviste.
Días y ollas hacen grandes obras.
Dice el puerco: "dame más"; dice el amo: "ya verás".
Dicen que es malo llegar a viejo, pero es peor no llegar a serlo.
Dicen que la educación se mama.
Dichas y quebrantos nos vienen de lo alto.
Dichoso Adán que no tuvo suegra.

Dijo la rana a la liebre: quita de ahí so valiente.
Dijo la sartén al cazo: !apártate gorrinazo que me tiznas!
Dijo mi padre que porfiase, pero que no apostase.
Dijo un asbio doctor que sin cielos no hay amor.
Dime caldero, que el caldero me llevo.
Dime con quien andas y te diré quien eres.
Dime de que presumes y te diré de que careces.
Dime lo que decantas y te diré lo que te falta.
Dime matagatos, que he matado un gato.
Dinero de canto, se va rodando.
Dinero ten, y a todo parecerá bien.
Dinero, ¿a dónde vas?, a donde hay más.
Dineros me dé Dios; que con mi poco saber me aviaré yo.
Dios aprieta pero no ahoga.
Dios castiga sin dar palos, a los buenos y a los malos.
Dios conserve a mi patrón, por temor a otro peor.
Dios da a cada hombre un gran predio: el tiempo.

Dios da frío según la ropa.
Dios da mocos a quien no tiene pañuelos.
Dios en el cielo, en la tierra, el dinero.
Dios inventó la balanza, y el diablo la romana.
Dios le da legañas al que no tiene pestañas.
Dios lo da y el diablo lo guisará.
Dios lo hace, y El sabe porque lo hace.
Dios los cría y ellos se juntan.
Dios me lo dio y Dios me lo quitó, bendito sea Dios.
Dios retarda ja justicia, pero no la olvida.
Dios tiene una caña muy larga que a todas partes alcanza.


División y destrucción, hermanas gemelas son.
Doctor que cura a sus enfermos no hace carrera ni dineros.
Donde bien me va, allí mi patria está.
Donde buenamente quepa, plantador planta una cepa.
Donde el gusto falta, nada valen el oro y la plata.
Donde el corazón se inclina, el pie camina.
Donde entra el beber, sale el saber.
Donde falta la previsión, faltará provisión.
Donde fueres, haz lo que vieres.
Donde fuerzas no bastan, baste la maña.
Donde hay carne, hay hermosura.

Donde hay gallo, no canta gallina.
Donde hay burro muerto, no faltan cuervos.
Donde hay yeguas, potros nacen.
Donde hubo un gran mal, queda señal.
Donde humo sale, fuego hay.
Donde la malicia sobra, falta el entendimiento.
Donde las dan las toman, y callar es bueno.
Donde las dan las toman.
Donde las dejan, las cobran.
Donde lo hay, se gasta.
Donde menos se piensa, salta la liebre.

Donde no alcanza el viejo, alcanza el tejo.
Donde no hay ventura, poco sirve la cordura.
Donde otro mete el pico, mete tú el hocico.
Donde reina la ilusión, ciega la pasión.
Donde una cabeza grana, otra es vana.
Donde va el mar, que vayan las arenas.
Donde va el perrito, va el gatito.
¿Dónde vas Vicente?, donde va la gente.

Dos agujas no se pinchan.
Dos compadres con una botella, dan la mejor sentencia.
Dos cuervos no se sacan los ojos.
Dos en pleito, para ellos es el daño y para otros el provecho.
Doshijas y una madre, tres diablos para un padre.
Dos ladrones tienes en casa tú, el teléfono y la luz.
Dos negaciones afirman, pero tres no confirman.
Dos no riñen si uno no quiere.
Dos por el conejo pelean, y llega el tercero y se lo lleva.

Dos que duermen en un colchón, se vuelven de la misma opinión.
Dos veces olla al día, el caldo amargaría.
Duélete carnero, que hay fiesta en el pueblo.
Dueña que mucho mira, poco hila.
Duerme el leal lo que al traidor le place.
Durará o no durará, pero lo que es hacerlo, hecho está.
Durmiendo es, y me canso, ¿que no sería trabajando?.

Echa bien tus cuentas, para que después no te arrepientas.
Échalas del tuyo que con el aire no se oye.
El agua de San Juan quita aceite, vino y pan.



El agua fresca se bebe en jarro.
El agua para los bueyes y el vino para los reyes.
El amo imprudente hace al mozo negligente.
El amo majestuoso, hace al mozo reverencioso.
El amor da al necio osadía y entendimiento.
El amor de la mujer, en la ropa del marido se echa a ver.
El amor de los gatos, a voces y por los tejados.

El amor destierra la vergüenza.
El amor entra con cantos, y sale con llantos.
El amor entra por los ojos.
El amor es ciego, y el matrimonio lo cura.
El amor es de hermano, y no de señor.
El amor es loco, pero a muchos vuelve tontos.
El amor no quiere consejo.
El amor presencia quiere, y sin ella, pronto muere.
El amor primero es el único verdadero.

El amor vive en presencia y muere en ausencia.
El amor y el buñuelo, han de comerse en caliente.
El amor y el reinar, nunca admiten compañía.
El amor y el vino sacan al hombre de tino.
El amor y la fe, en las obras se ven.
El amor y la luna se parecen, menguan cuando no crecen.
El amor, la tos y el fuego, no pueden ser encubiertos.
El amor, unas veces soñador y otras volador.
El año bueno, el grano es hecho; el año malo, la paja es grano.
El año que es de leche, hasta los machos la dan.
El aragonés fino después de comer tiene frío.

El asno del gitano, en viendo el palo alarga el paso.
El asno enamorado, muéstralo a coces y a bocados.
El avariento nunca está contento.
El avaro, por gastar poco, aunque todo lo tiene, carece de todo.
El ave que vuela, a la cazuela.
El bien hacer abre cien puertas, y el mal agradecer las cierra.
El bien viene andando, pero el mal volando.
El bien, de lejos viene; pero el mal, cerca lo tienes.

El blanco es el color que se ensucia más fácilmente.
El borracho, aunque turbio, habla claro.
El buen garbanzo y el buen ladrón, de Fuentesauco son.
El buen mosto sale al rostro.
El buen paño en el arca se vende.
El buen vestido aumenta la hermosura, y la fealdad disimula.
El buen vino de ha de beber en cristal fino.
El bueno, lo malo calla; el malo, todo lo habla.
El buey lerdo bebe el agua turbia.
El buey no es de donde nace, sino de donde pace.
El buey suelto, bien se lame.

El burro cayendo y el amo perdiendo, los dos se van entendiendo.
El caballo del judío, harto de agua y bien corrido.
El caballo y la mujer, a ojo se han de tener.
El caldo, en caliente; la injuria, en frío.
El can en agosto, a su amo, vuelve el rostro.
El canal del Manzanares, pocos barcos saca a mares.
El cantar, alegra el trabajar.
El capitán verdadero embarca el primero y desembarca el postrero.
El casado casa quiere.

El catalán de piedras hace pan.
El cebo es el que engaña, no la caña.
El cerebro es embustero; el corazón verdadero.
El cobarde vive, el valiente muere.
El comer y el rascar, todo es empezar.
El consejo de la mujer es poco, y el que no lo toma es loco.
El corazón es fiel, el entendimiento no lo es.
El corazón no habla, más adivina aunque calla.
El dar es honor; el pedir, dolor.
El demonio y las mujeres siempre se entretienen.
El desdichado va por agua al río, y encuentra el cauce vacío.

El día para el trabajo; la noche para el descanso.
El día que el pobre come merluza, está malo el pobre o la merluza.
El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo.
El diablo abre la puerta, y el vicio la mantiene abierta.
El dinero del mezquino anda dos veces el camino.
El dinero del pobre, dos veces se gasta. El duro del casado vale dos cincuenta.
El dinero del pobre, va dos veces a la plaza.
El enamorado, ve en la verruga de su novia un lunar encarnado.
El espejo y la amistad siempre dicen la verdad.
El gallo bueno, canta igual en su corral que en el ajeno.

El gañán y el gallo, de un año.
El gato escaldado, del agua fría huye.
El golpe de la sartén, aunque no duela, tizna.
El gusto se rompe en géneros.
El hábito no hace al monje.
El hambre aguza el ingenio.
El hambre es muy mala consejera.
El hambre y la guerra, para verlos a cien leguas.
El hijo de erizo con púas nace.
El hombre astuto, hasta de los males saca buen fruto.
El hombre como el oso, cuanto más feo, más hermoso.

El hombre donde nace, el buey donde pace.
El hombre experimentado, es hombre viejo y gastado.
El hombre pone, y la mujer dispone.
El hombre propone, Dios dispone y el diablo descompone.
El hombre reina y la mujer gobierna.
El hombre se casa cuando quiere y la mujer cuando puede.
El huésped dos alegrías da, una cuando llega y otra cuando se va.

El ignorante y el ciego caminan a tiento.
El infortunio pone a prueba a los amigos y descubre a los enemigos.
El jefe siempre tiene razón.
El joven armado y el viejo arrugado.
El labrador que quiera empobrecer, a sus criados deja de ver.
El lechón de un mes, y el pato, de tres.
El levante las mueve y el poniente las llueve.
El lobo, harto de carne, métese a fraile.
El loco, por la pena es cuerdo.
El maestro Quiñones, que no sabe para él, y ya quiere dar lecciones.
El mal ajeno no cura el mío.

El mal año entra nadando.
El mal caldo, hirviendo y siplando.
El mal cobrador hace mal pagador.
El mal de vientre no se cura con agua caliente.
El mal entra como loco, y sale poco a poco.
El mal llama al mal.
El mal para quien lo fuere a buscar.
El mal que no tiene cura, es locura.
El mal trago pasarlo pronto.
El mandar no admite par.
El marido celoso nunca tiene reposo.

El mejor disfraz, el tiempo te lo dará.
El mejor escribano echa un borrón.
El mejor maestro, el tiempo; la mejor ciencia, la experiencia.
El mejor premio es merecerlo.
El mejor cazador, miente más que caza.
El melón y el casamiento, han de ser de acertamiento.
El melón y la mujer difíciles son de entender.
El melón y la mujer, malos son de conocer.
El melón, calado, y el amigo, bien probado.

El miedo tiene mucha imaginación y poco talento.
El muerto al hoyo y el vivo al bollo.
El muerto al pozo, y el vivo al gozo.
El muerto es del mar cuando la tierra lejos está.
El muerto y el convidado, a los tres días apestan.
El mundo es un mercado, o serás ladrón o serás robado.
El mundo es un tira y afloja, y para que unos rías, otros lloran.
El novio y el pez, frescos han de ser.

El ocio no quede impune; quien no trabaje, que ayune.
El oficial hace la obra, y el maestro la cobra.
El ojo del amo engorda el caballo.
El padre desvergonzado, hace al hijo mal hablado.
El pan ajeno hace al hijo bueno.
El pan sin ojos, y el queso con ellos.
El perro del hortelano, ni come ni deja comer al amo.
El perro viejo, si ladra, da consejo.
El pescador de caña, más come que gana.


El pescar con caña, requiere paciencia y maña.
El pez grande se come al chico.
El pez, por su propia boca muere.
El pobre es rumboso; el rico roñoso.
El pobre no tiene consuelo ni con la subida del sueldo.
El primer automóvil es como el primer hijo.
El prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila.
El prometer no empobrece, y cosa de ricos parece.
El puerco y el noble, por la casta se conocen.
El puro y la mujer, acertar y no escoger.
El que a buen árbol se arrima, buena sangre le cobija.

El que a hierro mata, a hierro muere.
El que a la bestia le hace mal, es más bestia que el animal.
El que a la tienda va y viene, dos cosas mantiene.
El que a los cuarenta no atura, y a los cincuenta no adivina, a los sesenta desatina.
El que a mi casa no viene, de la suya me echa.
El que a otro quiere engañar, el engaño en él se puede tornar.
El que a otro quitó la vida, la suya juzga perdida.
El que a reglas de educación no se sujeta, en cualquier parte de su culo hace trompeta.
El que acaba primero, le ayuda a su compañero.

El que aconseja, no paga.
El que al cielo escupe a la cara le cae.
El que al pedir abusa, a cambio recibe una excusa.
El que algo quiere, algo le cuesta.
El que ama a una casada, puede morir de cornada.
El que ama el peligro, en él perece.
El que ama, teme.
El que anda en silencio, cazar espera.
El que asierre yarumos, que aguante las hormigas.
El que asno nace, asno se queda.
El que avisa no es traidor.


El que bien huele, mal hiede.
El que bien lo sabe, pronto lo reza.
El que bien vive y santamente, antes de tiempo ve la muerte.
El que bruto entra, bruto se ausenta.
El que busca , encuentra.
El que buen salto da, a sus pies se atiene.
El que busca las escogidas, se queda con las raídas.
El que cada día va bien, el domingo no tiene que poner.
El que calla, no dice nada.
El que calla, otorga.
El que callar no puede, hablar no sabe.
El que camina, no estorba.
El que canea, no calvea.
El que carece de ideas, hace suyas las ajenas.
El que come aguacate sin sal, come mierda sin pensar.
El que come poco y bien, vive mucho y mejor.
El que come solo, muere solo.
El que come tierra, carga su terrón.

El que come y canta, pronto se atraganta.
El que come y deja, dos veces pone la mesa.
El que come y no da, atragantado morirá.
El que compra paraguas cuando llueve, valiendo sólo seis le cobrarán nueve.
El que compra y miente en su bolso lo siente.
El que con cojos anda se llama bastón.
El que con locos anda, a aullar se enseña.
El que con locura ama, nunca llega hasta la cama.
El que con muchachos se acuesta, amanece hecho fiesta.

El que con niños se acuesta, orinado se levanta.
El que con su barriga se enoja, la tripa le queda floja.
El que con su desgracia se conforma, su dicha se forma.
El que con tontos anda es por sacarles la pasta.
El que cosas busca, por fuerza ha de hallar alguna.
El que cree en espantos, hasta de la camisa se asusta.
El que cree en la astrología, se amarga todos los días.
El que cuida la higuera, comerá de su fruto.
El que da lo que tiene, no está obligado a dar más.
El que da pan a perro ajeno, pierde el pan, pierde el perro y la amistad de su dueño.
El que da porque le den, engañado debe ser.

El que da y quita, con el diablo se desquita.
El que da, recibe.
El que de amarillo se viste a su hermosura se atiene.
El que de cuando en cuando ayuna, su salud asegura.
El que de joven come perdices, de grande caga las plumas.
El que de joven corre, de viejo trota.
El que de joven no trabaja, de viejo duerme en la paja.
El que de joven no trotea, de viejo galopea.
El que de la ira se deja vencer, se expone a perder.
El que de mozo no corre su caballo, lo corre de casado.
El que de muchacho no trota, de viejo tiene que galopar.

El que de nada sabe, de todo se unta.
El que de pequeño come perdices, de viejo caga las plumas.
El que de refranes se fía, no llega bien al mediodía.
El que de veras quiere dar, no ofrece.
El que debajo de una hoja se posa, dos veces se moja.
El que deja una herencia, deja pendencias.
El que dice la verdad, ni peca ni miente.
El que dice lo que no debe, oye lo que no quiere.

El que dice tener palabra, al final no te cumple nada.
El que dice verdades a medias, dice mentiras a puños.
El que es de tu profesión, es tu perdición.
El que es exagerado, siempre queda mal parado.
El que espera, desespera.
El que esperar puede, alcanza lo que quiere.
El que está a las duras, está a las maduras.
El que está bien y mal escoge, por mal que le vaya que no se enoje.
El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
El que fía y no sabe cobrar, pronto no tendrá conque pagar.
El que fua a Sevilla perdió su silla.

El que guarda, siempre tiene.
El que ha naufragado teme a la mar aún calmado.
El que ha sido cocinero antes que fraile, lo que pasa en la cocina bien sabe.
El que ha sido tu enemigo, nunca será tu amigo.
El que habla de más, cansa; y el que habla de menos, aburre.
El que habla de millones, seguro que no tiene para calzones.
El que habla es el que peca.
El que la deba, que la pague.
El que la sigue, la consigue.
El que lejos va a casar, o va engañado o va a engañar.
El que llama a un abogado es que ha matado o mucho a robado.

El que madruga, es sereno.
El que manda y se equivoca, vuelve a mandar.
El que mea y no pee, es como el que va a la escuela y no lee.
El que miente es adorado, el que dice la verdad, ahorcado.
El que miente es adorado, el que dice la verdad, ahorcado.

El que miente, si no lo pillan, no se arrepiente.
El que mucho abarca, poco acaba.
El que mucho abarca, poco aprieta.
El que mucho corre, pronto para.
El que mucho duerme, poco vive.
El que mucho habla, mucho yerra.
El que mucho ofrece, poco da.

El que muere, se libra de lo que debe.
El que nace barrigón es inútil que lo fajen.
El que nace para burro, de pequeño ya tiene orejas.
El que nace para maceta, no pasa del balcón.
El que nace para monje, del cielo le cae el hábito.
El que nace para rey, del cielo le cae la yunta.
El que nada debe, nada ha adquirido a plazos.
El que nada no se ahoga.
El que nada sabe, nada tiene.

El que nada sabe, de nada duda.
El que no ama, no se desilusiona.
El que no anda, no tropieza.
El que no ayuda, estorba.
El que no encuentra amigos, por algo será, yo digo.
El que no es agradecido, no es bien nacido.
El que no llora, no mama.
El que no mira adelante, atrás se queda.

El que no muere en la guerra se resbala en la bañera.
El que no ioye consejo, no llega a viejo.
El que no pierde, algo gana.
El que no se consuela, es porque no quiere.
El que no tiene enemigos, no tiene incentivos.
El que no tiene experiencia, que tenga imaginación.
El que no tiene nada que decir, suele hablar de más.

El que no tiene opinión, se aprende cualquier canción.
El que paga a lo primero, pierde a lo postrero.
El que paga la primera ronda, se ahorra la cuenta de la cena.
El que paga. descansa y el que cobra, también.
El que parte y reparte, se queda con la mejor parte.
El que peca de modesto, es tirado en un cesto.
El que pega primero, pega dos veces.
El que perdona un engaño, merece ir a un rebaño.
El que pide en exceso, le dan lo que envuelve al queso.

El que pide lo justo, recibe migajas.
El que pide y no da, siempre algo tendrá.
El que por necesidad trabaja, poco tiene y poco gana.
El que por su gusto es buey, hasta la coyunta lame.
El que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe.
El que presta a un amigo, pierde el dinero y pierde el amigo.
El que presume de honrado, presume de desgraciado.

El que quiera peces que se moje el culo.
El que quiera ser bohemio, que no se eche el lazo al cuello.
El que regala bien vende, si el que recibe lo entiende.
El que ríe el último, ríe mejor.
El que roba a un ladrón, tiene cien años de perdón.
El que sabe obedecer, no tiene derecho a mandar.
El que sane guardar un secreto es porque está muerto.
El que se acuesta con hambre, sueña con viandas.
El que se alegra del mal del vecino, el suyo le viene de camino.

El que se enfada en la boda, la pierde toda.
El que se escusa, se acusa.
El que se pega al televisor, pierde fuerzas y color.
El que se pica, ajos come.
El que se pinta de bueno, o es tonto o tiene veneno.
El que se siente gracioso, siempre resulta engorroso.
El que siembra odio, cosecha tempestades.
El que te habla de sus penas, espera que se las resuelva.
El que te presta oídos es porque también quiere hablar.
El que tiene obreros no sabe lo que es tener patrones.
El que tiene padrino es el que se bautiza.
El que tiene tienda, que la atienda, y sino que la venda.
El que tiene una alta meta, suela cambiar de chaqueta.

El que va a la romería, se arrepiente todo el día.
El que viejo se casa, mal lo pasa.
El que vive de favores, sirve a muchos señores.
El que vive de idealismos, muere de pesimismos.
El que vive de prestado, algún día es encuerado.
El saber no ocupa lugar.
El sabio calla, el tonto otorga.
El saco del jugador, no necesita atador.
El sol sale para todos y cuando llueve, todos nos mojamos.
El sólo querer es medio poder.
El sordo no oye, pero compone.
El tiempo aclara las cosas.
El tiempo enseña más que cien maestros de escuela.
El tiempo todo lo alcanza, a la corta o a la larga.
El tiempo todo lo cura.
El tiempo vuela, que se las pela.

El tonto y el mezquino andan dos veces el mismo camino.
El toro y el melón, como salen, son.
El toro y el vegonzoso, poco duran en el coso.
El último mono es el que se ahoga.
El uso hace diestro, y la destreza maestro.
El vago trabaja doble.
El valiente vive hasta que el cobarde quiere.

El venido es preferido, que el ausentado pronto es olvidado.
El vino alegra el ojo, limpia el diente y sana el vientre.
El zorro viejo huele a trampa.
En abril, lluvias mil, y todas caen en un barril.
En agosto y en enero, no tomes el sol sin sombrero.
En boca cerrada no entran moscas.
En boca con mella, si entra una mosca, allá ella.
En buen año o en malo, no dejes la harina en el salvado.
En cada refrán tienes una verdad.

En casa como porquero, y en la calle, caballero.
En casa de la puta, el que la pilla la disfruta.
En casa de Manuel, él es ella y ella es él.
En casa de Margarita, ella pone y ella quita.
En casa de mujer rica, ella manda y ella grita.
En casa del abad, comer y llevar.
En casa del capellán, no falta nunca el pan.
En casa del herrero, cuchillo de palo.
En casa del hortelano, siempre es más gordo el marrano.

En casa del jabonero, el que no cae resbala.
En casa llena, sienta bien la torta ajena.
En casa sin mujer, no te podrías valer.
En cojera de perro y en lágrimas de mujer, no has de creer.
En el marido, prudencia; en la mujer, paciencia.
En el mes de San Juan, al sol se cuece el pan.
En el modo de barrer, se conoce si es limpia una mujer.
En el mundo como en el mar, no se ahoga quien sabe nadar.

En el país de los ciegos, el tuerto es el rey.
En el pecado llevará la penitencia.
En el tono que canta el abad, le responde el sacristán.
En enero, ni galgo lebrero ni halcón perdiguero.
En febrero busca la sombra el perro.
En la forma de sujetar la sartén, se conoce al cocinero.
En la mesa y en el juego, se conoce ala caballero.
En la siesta y en el juego, se conoce al caballero.
En la variedad está el gusto.
En las cuestas arriba queiro mi burro, que las cuestas abajo, bien me las subo.
En las damas el desdén, es algo que parece bien.

En los grandes aprietos, crece el entendimiento.
En los ojos del patrón, verás siempre la ambición.
En martes, ni te cases ni te embarques.
En muerte y en boda verás quien te honra.
En perro flaco, todo son pulgas.
En quien nada sabe, pocas dudas caben.
En todas partes cuecen habas, y en mi casa a calderadas.

Entre contar y cantar, lo primero has de procurar.
Entre dimes y diretes, bien harás si no te metes.
Entre dos amigos, un notario y dos testigos.
Entre dos piedras molares, no metas los pulgares.
Entre dos que se quieran, con uno que coma basta.
Entre los amores verdaderos, el más fino es el primero.
Entre padres y hermanos, no metas tú las manos.
Entre puntada y puntada, una miradita a cuantos pasan.
Entre reventar y peer, ¿qué duda puede haber?

Entre santa y santo, pared de cal y canto.
Entre sastres, no se pagan hechuras.
Entre suegra y cuñado, sale el nieto abogado.
Entre todos la mataron, y ella sola se murió.
Entre una mujer hacendosa y hacendada, la primera más me agrada.
Éramos pocos y parió la abuela.
Eres más gandul que la chaqueta de un guarda.
Eres más largo que un día sin pan.

Eres más lento que el caballo del malo.
Eres más lento que un caracol artrítico.
Eres más torpe que un gusano con guantes.
Es del hombre condición, como del cabrito, o morir muy pequeñito o llegar a ser un cabrón.
Es más fácil conocer al enemigo que al amigo.
Es más larga que la cuaresma.
Es mejor mala avenencia que buena sentencia.

Es mejor un buen rumor que una mala noticia.
Esperando marido caballero, lléganme las tetas al braguero.
Es tan bueno, que confunde las películas con la realidad.
Es un buen criado el que no habla sin ser preguntado.
Escoba que no se gasta, casa que no se limpia.
Esconder la ignorancia es hacerla crecer.

Escrita la carta, mensajero nunca falta.
Estando el diablo ocioso, se metió a chismoso.
Esto el mundo me enseñó: a lo tuyo tú; y a lo mío, yo.
Estornudos y frailes, salen a pares.
Exagerar y mentir, por un mismo camino suelen ir.