lunes, 7 de junio de 2010

Todo a ultima hora...

Vivimos en un mundo que va muy deprisa, y nos apura a nosotros en el camino…estamos constantemente pensando en el mañana, en lo que tenemos que hacer y lo que no, a donde tenemos que ir, si llegamos o no a la hora, en fin en lo ultimo que uno piensa antes de acostarse a dormir y en lo primero que se acuerda al levantarse por la mañana; el análisis habitual de la rutina diaria. Pero, nos ponemos a pensar cuando fue la última vez que les dijimos a nuestros padres que los amamos, ya que gracias a ellos existimos, o a nuestros hijos que son lo mejor que nos ha pasado o haberle dado un abrazo fraterno a un amigo, el decirle te quiero; el hecho de darnos tiempo para un café junto a la familia, a los seres queridos, en vez de llegar a mirar televisión o sentarse frente al computador.

No vivimos en una burbuja, nuestros gestos, miradas, actitudes influyen de una u otra forma en quienes nos rodean, en nuestra familia, contexto social, ámbito laboral, por lo que, detengamos un instante el tiempo, y como en psicología nos preguntamos ¿Quién soy? ¿Para donde voy? ¿Que es lo que quiero?, ahora debemos de pensar ¿Qué es lo que tengo?, ¿Quienes estan a mi lado? ¿Cómo soy con ellos? O somos tan farsantes para esperar hasta ultima hora y decir lo que en realidad sentimos…cuantos amores se han perdido, cuantos amigos y a veces las mismas familias se pierden por la simple razón de no saber decir te quiero, te valoro. Vasta con un gesto de cariño, de aprecio, un saludo para saber que hay alguien a quien le importo y que hay alguien que a mí me importa.

Por esencia somos entes sociales, necesitamos del otro para crecer, aprender, relacionarnos, no perdamos lo poco que nos queda como seres humanos y que nos diferencia aun de los animales, la capacidad de sociabilizar, de entablar relaciones, de comunicar mucho a veces con muy poco. En este caso no son las vueltas las que dejan, sino nuestros actos.