martes, 20 de octubre de 2009

Poesía

El aseo


"Mi cuerpo yo cuido

con mucho interés

mi cara me lavo

y lavo mis pies.

Me baño y me ducho

¡mejor al revés!

Me ducho y me baño

me peino después.

Cepillo mis dientes

después de comer

y siempre mis manos

limpias y aseadas

procuro tener"

El gran sueño

Ayer soñé que caminaba por verdes prados limpios.

Ayer soñé que caminaba por verdes prados floridos.

Soñé, soñé..........

Que la gente se quería que no existían las guerras que no existía el egoísmo.

Soñé un mundo perfecto por un mundo de maravillas.

Soñé, soñé que soñaba......



Para cruzar la calle

No crucéis atolondrados,

Mirad bien a los lados.

Si se escapa la pelota

Párate en seco. ¡no cruces!

Te puedes caer de bruces,

Y en la selva del asfalto

Los tigres son autobuses

Y los leones autos.



El barquito de papel

Con la mitad de un periódico

Hice un barco de papel,

En la puerta de mi casa

Le hice navegar muy bien.

Mi hermana, con su abanico,

Sopla y sopla sobre él.

¡Buen viaje, buen viaje,

Barquito de papel!





Los borregos

Hay animalitos,

Como los borregos,

De donde se sacan

Abriguitos nuevos.

Ellos dan la lana,

Con que fabricamos

Telas calentitas

Con que nos tapamos.

Y los borreguitos

Balan sin cesar,

Balan sin cesar,

Cuando por el prado

Los miro pasar:

Be-eeee,

Be-eeee.



Canta pajarito

Canta, canta, pajarito

Canta, canta tu cantar,

Que el buen tiempo se acerca

Podrás salir a volar.

Cuando pases por mi casa,

Me vendrás a visitar,

Me asomaré a la ventana

Y escucharé tu cantar.



En la playa

En la arena fina

Un castillo haré.

Cuando venga el agua

Se lo entregaré,

Y me dirá:¡gracias!

Y yo:¡no hay de qué!

Dentro del castillo

Me dejará un pez.

Con la arena fina

Un castillo haré.



Sol, solito

Sol, solito,

Caliéntame un poquito.

Para hoy, para mañana,

Para toda la semana.

Llamaremos a la abuela,

Para que toque las castañuelas,

Llamaremos al pastor,

Para que toque el tambor.

Y si no lo toca bien,

Que le den

Con el rabo de la sartén.



La noche y el día

Cuando es de día,

Brilla mucho el sol

Todo lo alumbra

Y nos da calor.

Luego, poco a poco,

Se va escondiendo

Y cuando es muy tarde,

Se queda durmiendo.

Entonces la luna

Cumple su deseo,

Llama a las estrellas

Y se van de paseo.



Mi casa

Vivo en una casa

Muy alta, muy alta,

Con un tejado

Y paredes blancas.

Tiene ventanas y puertas,

Y un gran comedor

Y un cuarto precioso

Donde duermo yo.



La primavera

La primavera ha venido,

Nadie sabe cómo ha sido.

Ha despertado la rama,

El almendro ha florecido.

En el campo se escuchaba

El “gri-gri” del grillo.

La primavera ha venido

Nadie sabe cómo ha sido

.

Ángel dormido

Anochece, el mundo se ha dormido entre tus labios

Le meces y le arrullas lentamente

Acunando el murmullo de perderle,

Aunque le mimas, se escapa de tu lado.

Entre tu piel se ahogan paso a paso los gemidos,

Tu cuerpo derrotado, se siente malherido,

Mi pequeño ruiseñor, no tiene alas

Dónde cobijar mis ojos doloridos.

Sentada en un rincón veo sollozos

Que avanzan suavemente hacia mis manos

Y al tomarlas frío y muerte las recorren

Los sollozos, se vuelven más humanos.

Hoy se ha muerto en mis manos la mañana,

La flor de la luna de tus ojos se ha vuelto amarga

Y bebo dulcemente este veneno

Que se clava en mis venas como el fuego.

La luz de tu sonrisa se ha marchado

El tiempo amarra rabia y esperanza

Tiñe de versos tu gélida lápida

Ocaso, alba, sombra y penumbra sobre tu tumba.

Tu alma surca senderos de paz infinita

Tu nombre olvidado por los hombres

Suena en mi mente, como un aleluya

Y tu historia llevo en mi regazo

Para llorar por el mundo este desgarro.

Cuando llegué la hora de partir

Tómame en tus brazos, llévame de aquí,

Y la flor de luna que brota en tu cara

Será mi consuelo, curará mi alma cansada.

Y en el infinito volaremos juntos,

Y tendré tus risas y palabras tiernas

Y no habrá más lágrimas ni mas tristezas

Seremos la fuerza de la savia nueva.

Y ahora, estoy cansada debo descansar

Mis ojos ya duelen de tanto llorar

Pero anhelo el día de rozar tu rostro

y sueño bajito, pronuncio tu nombre y ya no sollozo.

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